lunes, 14 de marzo de 2016

Merkel no cambia su línea política sobre la inmigración pese a los resultados en las urnas

BERLÍN.- La canciller alemana, Angela Merkel, no cambiará su línea política sobre los refugiados pese al alarmante éxito electoral de la derecha populista y anti-inmigrantes Alternative fuer Deutschland (AfD) en las tres regiones del país donde se votó el pasado domingo.

    Así lo aseguró hoy un portavoz de Merkel, hablando a un país bajo shock, que asiste, entre polémicas y análisis, al auge de Frauke Petry, líder del partido AfD.
    La acogida de quien tiene derecho al asilo no fue puesta en discusión hoy, ni se abrieron espacios para el "techo límite" a las llegadas reivindicado por más de uno, empezando por los aliados bávaros que hoy ventilaron el fin de la Unión.
    De todos modos, a excepción del clamoroso éxito de AfD en Sajonia-Anhalt (donde por otro lado ganó la Unión Demócrata Cristiana, CDU), los nombres de los ganadores, los partidos y los números de estas elecciones en Baden-Wuerttemberg y Renania-Palatinato no indican que los alemanes estén en contra de quien quiere mantener abiertas las puertas del país: el verde Winfried Kretschmann y la socialdemócrata Malu Dreyer han apoyado la acogida "merkeliana" más que sus candidatos.
    Berlín encontró un respaldo importante en el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. "La línea de Merkel sobre la crisis de los refugiados era justa: ayudar a las personas que huyen de la guerra y la miseria es una obligación moral y legal de Europa", afirmó.
    El premier italiano, Matteo Renzi, también se expresó sobre el tema, dando las gracias a quien "a diario salva vidas en el mar". "Ya es hora de decir basta al egoísmo de los países que piensan en que levantar muros sea la respuesta a un desafío que durará mucho tiempo".
    La canciller admitió, de todos modos, que la del domingo, con la derrota en dos regiones de la CDU, fue "una jornada difícil para el partido". Pero replicó con claridad al líder de la Unión Social Cristiana (CSU), Horst Seefoer, según el cual se ha asistido a un "terremoto" del panorama político alemán y ahora está en juego la existencia de la Unión. Una cuestión existencial para la CDU-CSU que Merkel en cambio "no ve".
    "Hoy es un buen día para la democracia", comentó en cambio, por su parte, Frauke Petry, la nerviosa líder de AfD que habla cada vez más rápido. En una rueda de prensa en Berlín, la dirigente tachó de "indecorosos" los insultos recibidos. AfD "se pone como objetivo ser el partido de la paz social en el país, frente a la división debida al empobrecimiento de la clase media".
    "Somos el partido de la pequeña gente, el que debe responder a las necesidades sociales de los alemanes", añadió el vice Alexander Gauland, un anciano que salió hace tiempo de la CDU y que ahora encabeza AfD en Brandeburgo. "Ahora somos nosotros el partido más social de Alemania".
    Fue la última puntilla a los socialdemócratas, que el domingo vieron cómo diezmaban sus votos. Sigmar Gabriel replicó sin embargo con dureza. "No correremos tras los populistas, haremos de todo por mantener estable el centro democrático del país".
    Las elecciones del pasado domingo marcaron también el regreso de los Liberales. Christian Lidner reivindicó incluso un giro sobre las políticas de los refugiados. La verdadera dificultad será lograr hacer coaliciones, ya que nadie quiere entablar acuerdos con el AfD.

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