PEKÍN.- El Parlamento chino celebrará el
sábado en Pekín la sesión anual en la que aprobará el nuevo plan
quinquenal destinado a luchar contra la desaceleración de la economía en
momentos en que el presidente Xi Jinping concentra cada vez más poder y
reduce la libertad de expresión.
Las deliberaciones de los 2.200
diputados de la Asamblea Nacional Popular (ANP), órgano legislativo que
se limita a validar lo que decide el Partido Comunista de China (PCC),
estarán dominados por la ansiedad que provoca la evolución de la segunda
economía mundial.
En 2015, China registró un crecimiento del 6,9%, el más bajo en 25 años, que afecta a la economía mundial.
El
primer ministro Li Keqiang anunciará en su discurso de apertura un
objetivo de crecimiento en torno al 6,5% y el 7% en 2016, según
observadores.
La ANP debe adoptar el 13º plan quinquenal, que
marca los objetivos hasta el 2021 de una economía ampliamente dominada
por los grandes grupos estatales, dirigidos por responsables comunistas.
La reforma de esas empresas, muchas veces anunciada, es muy arriesgada
socialmente.
Esta semana el Gobierno anunció que 1,8 millones de trabajadores de la industria del carbón y el acero iban a perder el empleo.
"El
papel esencial de esta sesión de la ANP es calmar el nerviosismo
popular después de las turbulencias económicas de estos últimos meses",
comentó Kerry Brown, experto de China en el King's College de
Londres.
Por otra parte, los expertos sospechan que el Gobierno
chino se embarcó en una guerra de divisas a través de devaluaciones para
favorecer sus exportaciones.
Estable durante mucho tiempo, el
yuan fue devaluado un 5% en agosto pasado, a continuación del
hundimiento de las bolsas chinas, y una segunda vez en enero.
El
declive del crecimiento chino se acompaña de un endurecimiento político
del Gobierno, marcado por la limitación de cualquier opinión divergente,
incluso en sus propias filas.
Desde su acceso a la presidencia, Xi Jinping concentró más poderes que sus predecesores Hu Jintao y Jiang Zemin.
En
los últimos meses, numerosos dirigentes locales reiteran los llamados a
que Xi sea designado como 'corazón del Partido', un calificativo
reservado a Mao Tse-tung, fundador del régimen comunista, y Deng
Xiaoping, arquitecto de las reformas económicas y de la apertura china a
los capitales extranjeros.
"Xi va a buscar consolidar aún más su
poder en esta sesión de la ANP", pronostica Joseph Cheng, ex profesor de
la City University de Hong Kong.
En un país sin libertad de
prensa, Xi Jinping visitó el mes pasado los medios de comunicación
nacionales -la agencia de prensa oficial Xinhua, la televisión estatal
CCTV y el Diario del Pueblo, órgano del PCC- para ordenar que los
periodistas se atuvieran a difundir las "informaciones positivas" y a
"expresar la voluntad del Partido".
Además del plan quinquenal, el
Parlamento chino debe estudiar otros proyectos de ley, en particular
uno relativo a la ciberseguridad que inquieta a las autoridades de
Estados Unidos.
Desde julio pasado, más de 250 abogados y
activistas chinos fueron encarcelados, lo que llevó a que la ONU
manifestara su preocupación por esas detenciones en ausencia de delito.
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