BRASILIA.- El Gobierno de la presidenta Dilma
Rousseff, que enfrenta la amenaza de un juicio político, presentó
planes el lunes para limitar el gasto y evitar una crisis de deuda en
los estados y ciudades del país golpeados por la peor recesión en
décadas.
Bajo la primera propuesta, que el ministro de Hacienda
Nelson Barbosa anunció en una conferencia de prensa en Brasilia, que el
Gobierno federal limitaría durante tiempos complicados los incrementos
en los gastos recurrentes y a los que obliga la Constitución.
El plan debe ser enviado al Congreso para su aprobación.
Barbosa también anunció un programa para ayudar a los
estados y municipios complicados que le costará a los contribuyentes
alrededor de 45.500 millones de reales (12.600 millones de dólares) en
los próximos tres años. El plan incluye refinanciamiento con el banco de
desarrollo estatal BNDES y extender vencimientos de deuda para
gobiernos regionales por hasta 20 años.
Un tercer plan crearía un nuevo mecanismo por el que el
Banco Central absorberá o inyectará dinero a la economía sin usar
acuerdos de recompra. Barbosa dijo que los bancos comerciales podrían
realizar depósitos con intereses en el Banco Central, en la práctica
eliminando la necesidad de usar bonos del Gobierno para administrar
liquidez.
"Estamos ante una urgente necesidad de alguna
flexibilidad para sacar a la economía de la recesión y crear empleos",
dijo Barbosa.
La capacidad del Gobierno para sacar a la economía de
la recesión ha sido dañada severamente por años de decisiones políticas
erráticas y una investigación por corrupción al Gobierno de Rousseff.
Algunos economistas plantean dudas sobre la
factibilidad del plan, especialmente porque Rousseff se arriesga a ser
destituida por posiblemente haber usado el presupuesto para impulsar sus
posibilidades de reelección en 2014.
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