MOSCÚ.- Rusia no tiene dudas hoy de que con sanciones en su contra Estados
Unidos intenta evadir responsabilidades por las nefastas consecuencias
para Ucrania del golpe de Estado de febrero de 2014, según el canciller,
Serguei Lavrov.
"Es deplorable que Estados Unidos sea absorbido por un juego denominado
sanciones contra Rusia en un intento de enmascarar la responsabilidad
por un golpe de Estado que tuvo lugar en Kiev hace dos años y también
por las malas consecuencias del control del poder por sus clientes",
escribió el ministro.
Un artículo publicado por el titular responde con ese punto de vista al anuncio formulado el martes último por el presidente norteamericano, Barack Obama, quien confirmó que esa represalia se extenderá durante un año más.
La referencia de Lavrov al derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich el 22 de febrero de 2014 con el respaldo de Washington resulta irrebatible, pues las propias televisoras ucranianas reiteran la imagen de la subsecretaria norteamericana de Estado Victoria Nuland en las revueltas de Maidán, que desembocaron en la ruptura del orden constitucional.
El jefe de la diplomacia del Kremlin rechaza en este escrito los intentos de Estados Unidos y sus aliados occidentales de imponer su liderazgo global a través de diversas formas de presión.
Advierte que "en un mundo cambiante, Estados Unidos y la alianza occidental que encabeza no escatiman medios para mantener su dominación y liderazgo global, algo que Rusia no pueda aceptar".
Bajo el título de "Perspectivas históricas de la política exterior de Rusia", publicado por la revista Rusia en la Política Global, el titular de Asuntos Exteriores denuncia que Washington aplica una amplia gama de métodos de presión, sanciones económicas e incluso intervenciones militares.
Recuerda que se llevan a cabo guerras de información a gran escala y se han ajustado las tecnologías de cambio inconstitucional de regímenes mediante lo que denomina "revoluciones de colores que resultan ser devastadoras para los pueblos sometidos a sus efectos".
En relación con la postura de Moscú, aclara Lavrov que se basa en preferir cambios evolucionistas que "deben realizarse de maneras y velocidades que corresponden a las tradiciones y al nivel de desarrollo de cada sociedad".
Se refiere el canciller a las acusaciones de "revisionismo" en contra del Kremlin provenientes de la maquinaria de propaganda occidental, según las cuales Moscú supuestamente intenta destruir el existente sistema internacional.
Lavrov descartó ese punto de vista al recordar que no fue Rusia la que bombardeó a Yugoslavia en 1999 en violación de la Carta de la ONU y la Declaración de Helsinki.
"Como si hubiera sido Rusia quien se burló de las normas internacionales invadiendo Iraq en 2003 ó quien manipuló una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para derrocar con la fuerza a Muammar el Gaddafi en Libia en 2011. Y estos no son los únicos ejemplos", escribe.
Un artículo publicado por el titular responde con ese punto de vista al anuncio formulado el martes último por el presidente norteamericano, Barack Obama, quien confirmó que esa represalia se extenderá durante un año más.
La referencia de Lavrov al derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich el 22 de febrero de 2014 con el respaldo de Washington resulta irrebatible, pues las propias televisoras ucranianas reiteran la imagen de la subsecretaria norteamericana de Estado Victoria Nuland en las revueltas de Maidán, que desembocaron en la ruptura del orden constitucional.
El jefe de la diplomacia del Kremlin rechaza en este escrito los intentos de Estados Unidos y sus aliados occidentales de imponer su liderazgo global a través de diversas formas de presión.
Advierte que "en un mundo cambiante, Estados Unidos y la alianza occidental que encabeza no escatiman medios para mantener su dominación y liderazgo global, algo que Rusia no pueda aceptar".
Bajo el título de "Perspectivas históricas de la política exterior de Rusia", publicado por la revista Rusia en la Política Global, el titular de Asuntos Exteriores denuncia que Washington aplica una amplia gama de métodos de presión, sanciones económicas e incluso intervenciones militares.
Recuerda que se llevan a cabo guerras de información a gran escala y se han ajustado las tecnologías de cambio inconstitucional de regímenes mediante lo que denomina "revoluciones de colores que resultan ser devastadoras para los pueblos sometidos a sus efectos".
En relación con la postura de Moscú, aclara Lavrov que se basa en preferir cambios evolucionistas que "deben realizarse de maneras y velocidades que corresponden a las tradiciones y al nivel de desarrollo de cada sociedad".
Se refiere el canciller a las acusaciones de "revisionismo" en contra del Kremlin provenientes de la maquinaria de propaganda occidental, según las cuales Moscú supuestamente intenta destruir el existente sistema internacional.
Lavrov descartó ese punto de vista al recordar que no fue Rusia la que bombardeó a Yugoslavia en 1999 en violación de la Carta de la ONU y la Declaración de Helsinki.
"Como si hubiera sido Rusia quien se burló de las normas internacionales invadiendo Iraq en 2003 ó quien manipuló una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para derrocar con la fuerza a Muammar el Gaddafi en Libia en 2011. Y estos no son los únicos ejemplos", escribe.
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