PEKÍN.- Ante el aumento de
la morosidad que está desequilibrando los balances de sus bancos, las
autoridades de China, segunda economía mundial, han decidido tirar de
ingeniería financiera para dar salida a los créditos malos.
El Gobierno de la potencia asiática ha puesto en marcha un programa
piloto para que los bancos comerciales pongan a la venta, por primera
vez desde 2008, un nuevo paquete de los llamados bonos de titulización,
respaldados por esos préstamos impagados.
Así, los activos morosos saldrán de las cuentas de los bancos para
entrar en el mercado en forma de titulizaciones con un valor conjunto de
hasta 50.000 millones de yuanes (unos 7.700 millones de dólares, 6.900
millones de euros).
El gobernador del Banco Popular de China (central), Zhou Xiaochuan,
defiende que estos productos son "herramientas que ofrece el mercado" y
que interesan a los bancos como potencial alivio al repunte de la
morosidad.
"Los bancos quieren la titulización principalmente porque, si pueden
empaquetar algunos de sus activos y venderlos, será beneficioso para sus
hojas de resultados", dijo Zhou, en una rueda de prensa reciente.
El presidente de la Comisión Reguladora de la Banca de China, Shang
Fulin, también sostiene que esta práctica ayudará a "mejorar la calidad
de los activos del sistema bancario".
"Tenemos que asegurarnos de acelerar la circulación de los activos
dentro del sector para apoyar el desarrollo de la economía real", indicó
el responsable de la comisión que regula la banca.
"El número de activos impagados ha ido al alza año tras año y
necesitamos una solución para este problema, para gestionar los riesgos
asociados al tiempo que se mejora la rentabilidad de los bancos", señaló
Shang.
Según los datos del regulador bancario chino, la tasa de morosidad se
situó en un 1,67 % al cierre de 2015, con préstamos sin pagar valorados
en 1,27 billones de yuanes (195.000 millones de dólares, 175.000
millones de euros), aunque muchos analistas piensan que las cifras
reales son mayores que las oficiales.
"Indudablemente no es un 1,67 %", aseguró Zhu Ning, asesor del banco
central y experto del Instituto de Finanzas Avanzadas de la Universidad
Jiaotong de Shanghái, en un encuentro con periodistas.
Zhu afirmó que en los informes internos de los bancos las tasas de
morosidad se sitúan entre un 3,5 y un 4 % y que incluso podrían ser
superiores en función de cómo se clasifiquen las insolvencias.
"El aumento del volumen de créditos impagados hace que la liquidez de
los bancos comerciales vaya debilitándose", explicó Chen
Yongsheng, catedrático de la Universidad Suroccidental de Economía y
Finanzas de Chengdu (China).
"En este momento es importante que el Gobierno adopte medidas para
aislar los créditos impagados y mejorar la eficiencia de los bancos
comerciales en su uso del capital", añadió Chen.
Las titulizaciones se introdujeron en China en 2005 y su uso se
extendió hasta que, tras el estallido de la crisis financiera
internacional, las autoridades impusieron unas restricciones que sólo
ahora empiezan a suavizar con el nuevo programa piloto.
La relajación actual ha generado preocupación en el gigante asiático
por los riesgos que acarrean estos complejos derivados financieros, cuya
mala evaluación es considerada como una de las causas de la crisis de
2008.
En este sentido, el catedrático Chen reconoce que se trata de
productos arriesgados que se dirigen fundamentalmente a inversores con
experiencia.
Shang, el presidente de la comisión que regula la banca, admitió la
necesidad de "establecer un cortafuegos muy efectivo contra la
transmisión de riesgos", pero otros altos funcionarios chinos se
muestran más confiados en sus declaraciones.
"Muchos compradores están interesados en esos activos problemáticos,
pueden usarlos como inversión y tal vez obtener ganancias. No creo que
haya muchos motivos para preocuparse", tranquilizó el gobernador del
banco central.
Ciertos analistas ven en esta apuesta por la titulización el último
salvavidas de Pekín a las conocidas como "empresas zombis", firmas
deficitarias que sobreviven por el apoyo de los gobiernos locales y que
son culpables de parte del aumento de la morosidad.
Si los fondos que las entidades obtengan al vender sus créditos malos
se destinaran a refinanciar las compañías que no los han pagado en
primera instancia, advierten estos expertos, China caería en un círculo
viciosamente tóxico para su economía.
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