martes, 15 de marzo de 2016

El comercio desleal con China desequilibra la balanza comercial de España / Luis Alcaide *

En una columna de El País, David Trueba, director de cine, se hacía eco de los 2, 5 millones de artículos incautados por la Agencia Tributaria en su mayoría de origen asiático. Ninguna alarma social, ninguna reacción oficial por el daño de las falsificaciones descubiertas. ¿Han pasado de matute a través de nuestras fronteras? El quebranto causado a los competidores españoles no se ha evaluado ni siquiera advertido. Las alarmas suenan cuando se trata de la entrada, consumada o no, de inmigrantes.

Los pro­ductos in­cau­tados solo suman una mo­desta parte de la can­tidad de mer­can­cías asiá­ticas que des­equi­li­bran el saldo co­mer­cial de España con el ex­te­rior y que han “hundido du­rante la pa­sada dé­cada ne­go­cios prós­peros que daban em­pleo a mu­chos de nues­tros ac­tuales des­em­plea­dos”. Son pa­la­bras de Trueba.

Las ci­fras de co­mercio ex­te­rior que re­gistra la Dirección General de Aduanas y que se in­cor­poran al in­forme de la Secretaria del Estado de Comercio mues­tran una pista a se­guir. Las ci­fras ofi­ciales no se­paran mer­can­cías fal­si­fi­cadas o cuyos pre­cios estén ma­ni­pu­lados pero su mag­nitud es tan sig­ni­fi­ca­tiva que nin­guna ad­mi­nis­tra­ción de un Estado “no fa­llido” debe de­sen­ten­derse.

Un primer fo­go­nazo: las im­por­ta­ciones asiá­ticas (excluidas las del Oriente Medio) en 2015 as­cen­dieron a 50.000 mi­llones de euros con una avance in­ter­anual del 15.2 %. España compra en el Asia no ex­por­ta­dora de pe­tróleo el 16% de sus im­por­ta­ciones to­tales frente al 10.7% en toda América o el 15 % en toda Europa, desde el RU a Rusia, no in­cluida la eu­ro­zona.

El le­jano oeste asiá­tico es nuestro se­gundo pro­veedor solo su­pe­rado por la eu­ro­zona, pero su ritmo de cre­ci­miento, 15.2 % en 2015, des­lumbra frente al 3.7% de las im­por­ta­ciones to­ta­les.
En el epí­grafe de países asiá­ticos no ex­por­ta­dores de pe­tróleo so­bre­sale China con ventas a España del orden de 23.600 mi­llones en 2015 y una tasa de avance del 15%. Las com­pras en Corea del Sur au­men­taron en 2015 un 38% (2.300 mi­llones de eu­ros), un 18% las de la India (3.100 mi­llones de eu­ros) o un 21 % de cre­ci­miento de Japón (3.200 mi­llones de eu­ros).

China es el pro­ta­go­nista prin­ci­pal: 19.200 mi­llones es el dé­ficit es­pañol anual. Compras por 23.6 MM de euros y ventas es­pañolas de 4.4 MM de eu­ros.

Comentaba Paul Krugman que la vic­toria elec­toral de Bernie Sander en Michigan frente a Hilary Clynton fue en buena me­dida de­bida a los acuerdos co­mer­cia­les, a las prác­ticas des­leales de China y otros países e in­cluso a un pro­ceso de glo­ba­li­za­ción en el que la con­tra­par­tida “yo abro mi mer­cado si tu haces los mismo” no se está cum­pliendo.

El pro­tec­cio­nismo no es la so­lu­ción pero las ven­tajas del libre co­mercio se res­que­brajan cuando se de­tectan mi­llones de mer­can­cías frau­du­lentas que no tri­butan a Hacienda y que ge­nera una com­pe­tencia des­leal para las em­pre­sas, en este caso es­paño­las. Así lo señala un di­rector de cine y es­critor y lo si­lencia eco­no­mistas y ad­mi­nis­tra­dores pú­bli­cos.

El año 2015 ha fi­na­li­zado con unas ci­fras de co­mercio ex­te­rior re­la­ti­va­mente po­si­ti­vas. La ba­lanza de pagos por c/c ha re­gis­trado un su­pe­rávit de 16.706 mi­llones de euros lejos del dé­ficit de 34.039 mi­llones de euros de 2011 cuando el pe­tróleo era más caro y los tipos de in­terés que gra­vaban la deuda ex­te­rior eran mucho más ele­va­dos. Obsérvese que en 2011 el dé­ficit del epí­grafe “rentas co­rrien­tes” fue de 32.151 mi­llones de euros y en 2015 de solo 10.661, es decir una ter­cera parte.

Las cuentas ex­te­riores han ido bien, en 2015 gra­cias a los pre­cios del pe­tróleo y los tipos de in­te­rés, dos vientos de popa ines­pe­rados y fuer­tes. Ninguna ma­niobra de proa sin em­bargo para afrontar las olas asiá­ti­cas.

¿Qué hacer me pre­gunto desde mi banco de El Retiro?. La ame­naza de los grupos par­la­men­ta­rios ha per­mi­tido que el go­bierno en fun­ciones co­rrija su de­riva hu­ma­nís­tica en el caso de los re­fu­gia­dos. ¿Ocurriría lo mismo si esos mismos grupos par­la­men­ta­rios se in­tere­sasen por el sig­ni­fi­cado de las in­cau­ta­ciones de mer­can­cías asiá­ticas frau­du­len­tas?

(*) Economista del Estado en España

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