domingo, 13 de marzo de 2016

Evo Morales denuncia una campaña en Bolivia contra empresas rusas y chinas

LA PAZ.- El presidente Evo Morales advirtió hoy que la derecha boliviana, bajo instrucciones del gobierno estadounidense, pretende acentuar los ataques y campañas de desprestigio contra empresas chinas y rusas que invierten en el país. En opinión del mandatario, la oposición quiere evitar a toda costa la presencia de esos dos países en América Latina.

Acá hay un tema de fondo, la derecha boliviana atacará a todas las empresas chinas, por instrucción del imperio norteamericano, que no quiere la presencia aquí de China ni de Rusia, alertó en una entrevista con el programa Piedra, papel y tinta, transmitido por la televisora Cadena A.

En este sentido, Morales ejemplificó lo sucedido en torno a la empresa china CAMC, con el cual medios y líderes políticos de derecha trataron de implicar al Ejecutivo, acusándolo de supuesto tráfico de influencias, lo cual fue desmentido con diversas pruebas.

Fomentar escándalos de este tipo es uno de los instrumentos que utiliza la derecha boliviana para desprestigiar al Gobierno, recalcó.

Asimismo argumentó que no debe sorprender que la oposición comience también a atacar empresas rusas, como Rosatom, una de las más importantes del mundo y que tendrá a su cargo la construcción de un centro de investigación nuclear en la ciudad de El Alto.

El presidente sostuvo que la arremetida contra estas empresas forma parte de "una lucha geopolítica internacional, que encuentra debilitado a Estados Unidos, frente a grandes potencias tecnológicas como China y Rusia".

Asimismo, manifestó que Bolivia tiene el apoyo de países con gran desarrollo tecnológico en el mundo, no solo de Pekín y Moscú, sino también de naciones europeas que expresan su solidaridad con el proceso de cambios que aquí se vive desde 2006.

Consideró que la economía boliviana está mejor sin el apoyo de Washington, que suspendió la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (Atpdea, por sus siglas en inglés), así como la denominada Cuenta del Milenio, después de la expulsión del embajador.

El Gobierno del presidente Morales nacionalizó la lucha contra las drogas y expulsó a la Agencia estadounidense para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), señalada al igual que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), por intromisión en los asuntos internos del país.

En 2008, el embajador Philip Goldberg fue declarado persona non grata, también acusado de injerencia, y desde entonces las relaciones entre La Paz y Washington son conflictivas, pese a la firma de un nuevo Acuerdo Marco.

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