BRUSELAS.- Los líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron una "posición común"
sobre un acuerdo para resolver la crisis de los refugiados que
propondrán al primer ministro turco, Ahemt Davutoglu, este viernes por
la mañana.
Los 28 debían ponerse de acuerdo sobre el plan presentado hace diez
días y que convierte a Turquía en el elemento central de la respuesta
europea a la peor crisis migratoria en décadas. Pero el precio de la
cooperación de Ankara es elevado para la UE. El bloque debería hacer
concesiones a Turquía haciendo caso omiso a la situación de los derechos
fundamentales en ese país.
"Acuerdo sobre una posición UE, el presidente del Consejo Donald Tusk
la presentará al primer ministro turco Ahmed Davutoglu" el viernes
antes de que se reanude la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la
UE, tuiteó el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel.
Un alto funcionario de la UE matizó sin embargo el resultado de la
reunión de los 28. "No hay un acuerdo formal" en la UE sino "una
posición común" con las "líneas rojas" de cada uno. Esta posición la
llevará Tusk ante el primer ministro turco el viernes para finalizar un
acuerdo.
Esta posición "será discutida con Turquía, y no puedo garantizar que
haya una conclusión positiva", dijo el presidente francés, François
Hollande, luego de la reunión.
Tusk se reunirá la mañana del viernes con Davutoglu. En el encuentro
también participará el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude
Juncker.
Antes de partir, Davutoglu dijo que Turquía hizo "una propuesta clara
y honesta a la UE" que continúa sobre la mesa, pero advirtió de que "no
se convertirá jamás en una prisión a cielo abierto para los migrantes".
La propuesta de Ankara de hace diez días sorprendió al bloque, que
desde hace meses busca su cooperación para frenar las llegadas, que en
2015 alcanzaron un millón de personas y que en lo que va del año ya
suman más de 150.000.
Ankara propuso aceptar en su territorio a todos los refugiados,
incluidos los solicitantes de asilo, que lleguen a las islas griegas, lo
que plantea numerosos interrogantes y valió a las capitales europeas
una advertencia de la ONU, que señaló como ilegales "posibles
expulsiones colectivas y arbitrarias".
La Comisión aseguró el miércoles que el acuerdo respetaría el derecho
internacional sobre la protección de los refugiados y que todas las
solicitudes de asilo serían analizadas individualmente, con la
posibilidad de apelar una orden de expulsión. Pero no despejó las dudas.
"El paquete propuesto es muy complicado, será muy difícil de
implementar y está en el límite de la legalidad internacional", estimó
la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite.
Por cada refugiado que llegue a las islas griegas y sea devuelto a
Turquía los europeos admitirán a su vez en sus países a un refugiado
sirio, de los 2,7 millones que ya están en Turquía, un mecanismo llamado
"uno por uno".
El objetivo del plan es poner fin al negocio de las mafias y
organizar la llegada de refugiados a Europa por vías seguras y legales,
frenando al mismo tiempo las llegadas de migrantes.
Ventajas para Turquía
A cambio Turquía pide varias contrapartidas a la UE. Además del "uno
por uno", quiere un régimen especial de visados para sus ciudadanos que
viajen al bloque y lo quiere a partir de junio. En la mesa también
está la petición turca de acelerar el proceso de adhesión del país a la
UE.
Los europeos están dispuestos también a otorgar a Turquía una ayuda
de 3.000 millones de euros hasta 2018 para organizar la acogida de
refugiados en su territorio, que se suman a otros 3.000 millones
acordados en noviembre.
Estas exigencias dejan perplejos a varios Estados miembros, algunos
de los cuales denuncian un régimen tachado como cada vez más autoritario
que amordaza a la prensa.
El semanario alemán Der Spiegel denunció este jueves un ataque "a la
libertad de prensa" después de que su corresponsal en Turquía fuese
obligado a dejar el país. Su acreditación no fue renovada. A principios
de marzo, la justicia turca puso bajo tutela al diario turco Zaman,
crítico con el presidente Recep Tayyip Erdogan, adoptando una línea
editorial íntegramente progubernamental.
El jueves, la Casa Blanca pidió al gobierno turco que respete los
valores democráticos. "No vamos a liquidar nuestros valores", advirtió
el primer ministro belga Charles Michel, rechazando una negociación con
Ankara "que se parece a veces a un chantaje".
El presidente chipriota, Nicos Anastasiadis, que se había mostrado
inflexible sobre un acuerdo con Turquía, se mostró abierto a un
"compromiso". Chipre "no será un obstáculo", aseguró.
En el terreno, la situación sigue siendo dramática para los
refugiados. Tras el cierre de la ruta de los Balcanes, hay en Grecia más
de 40.000 migrantes bloqueados, muchos de ellos acampados en difíciles
condiciones en la frontera greco-macedonia.
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