viernes, 18 de marzo de 2016

Los líderes europeos cierran la oferta que harán a Turquía para deportar a los refugiados sirios

BRUSELAS.- Los líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron una "posición común" sobre un acuerdo para resolver la crisis de los refugiados que propondrán al primer ministro turco, Ahemt Davutoglu, este viernes por la mañana.

Los 28 debían ponerse de acuerdo sobre el plan presentado hace diez días y que convierte a Turquía en el elemento central de la respuesta europea a la peor crisis migratoria en décadas. Pero el precio de la cooperación de Ankara es elevado para la UE. El bloque debería hacer concesiones a Turquía haciendo caso omiso a la situación de los derechos fundamentales en ese país.
"Acuerdo sobre una posición UE, el presidente del Consejo Donald Tusk la presentará al primer ministro turco Ahmed Davutoglu" el viernes antes de que se reanude la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, tuiteó el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel.
Un alto funcionario de la UE matizó sin embargo el resultado de la reunión de los 28. "No hay un acuerdo formal" en la UE sino "una posición común" con las "líneas rojas" de cada uno. Esta posición la llevará Tusk ante el primer ministro turco el viernes para finalizar un acuerdo.
Esta posición "será discutida con Turquía, y no puedo garantizar que haya una conclusión positiva", dijo el presidente francés, François Hollande, luego de la reunión.
Tusk se reunirá la mañana del viernes con Davutoglu. En el encuentro también participará el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Antes de partir, Davutoglu dijo que Turquía hizo "una propuesta clara y honesta a la UE" que continúa sobre la mesa, pero advirtió de que "no se convertirá jamás en una prisión a cielo abierto para los migrantes".
La propuesta de Ankara de hace diez días sorprendió al bloque, que desde hace meses busca su cooperación para frenar las llegadas, que en 2015 alcanzaron un millón de personas y que en lo que va del año ya suman más de 150.000.
Ankara propuso aceptar en su territorio a todos los refugiados, incluidos los solicitantes de asilo, que lleguen a las islas griegas, lo que plantea numerosos interrogantes y valió a las capitales europeas una advertencia de la ONU, que señaló como ilegales "posibles expulsiones colectivas y arbitrarias".
La Comisión aseguró el miércoles que el acuerdo respetaría el derecho internacional sobre la protección de los refugiados y que todas las solicitudes de asilo serían analizadas individualmente, con la posibilidad de apelar una orden de expulsión. Pero no despejó las dudas. "El paquete propuesto es muy complicado, será muy difícil de implementar y está en el límite de la legalidad internacional", estimó la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite.
Por cada refugiado que llegue a las islas griegas y sea devuelto a Turquía los europeos admitirán a su vez en sus países a un refugiado sirio, de los 2,7 millones que ya están en Turquía, un mecanismo llamado "uno por uno".
El objetivo del plan es poner fin al negocio de las mafias y organizar la llegada de refugiados a Europa por vías seguras y legales, frenando al mismo tiempo las llegadas de migrantes.
Ventajas para Turquía
A cambio Turquía pide varias contrapartidas a la UE. Además del "uno por uno", quiere un régimen especial de visados para sus ciudadanos que viajen al bloque y lo quiere a partir de junio. En la mesa también está la petición turca de acelerar el proceso de adhesión del país a la UE.
Los europeos están dispuestos también a otorgar a Turquía una ayuda de 3.000 millones de euros hasta 2018 para organizar la acogida de refugiados en su territorio, que se suman a otros 3.000 millones acordados en noviembre.
Estas exigencias dejan perplejos a varios Estados miembros, algunos de los cuales denuncian un régimen tachado como cada vez más autoritario que amordaza a la prensa.
El semanario alemán Der Spiegel denunció este jueves un ataque "a la libertad de prensa" después de que su corresponsal en Turquía fuese obligado a dejar el país. Su acreditación no fue renovada. A principios de marzo, la justicia turca puso bajo tutela al diario turco Zaman, crítico con el presidente Recep Tayyip Erdogan, adoptando una línea editorial íntegramente progubernamental.
El jueves, la Casa Blanca pidió al gobierno turco que respete los valores democráticos. "No vamos a liquidar nuestros valores", advirtió el primer ministro belga Charles Michel, rechazando una negociación con Ankara "que se parece a veces a un chantaje".
El presidente chipriota, Nicos Anastasiadis, que se había mostrado inflexible sobre un acuerdo con Turquía, se mostró abierto a un "compromiso". Chipre "no será un obstáculo", aseguró.
En el terreno, la situación sigue siendo dramática para los refugiados. Tras el cierre de la ruta de los Balcanes, hay en Grecia más de 40.000 migrantes bloqueados, muchos de ellos acampados en difíciles condiciones en la frontera greco-macedonia.

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