PARÍS.- El primer ministro
francés, Manuel Valls, defendió hoy la necesidad de aprobar una reforma
laboral que aporte "'flexiseguridad' a la francesa" y a la que se oponen
buena parte de los sindicatos y el ala izquierda del gobernante Partido
Socialista (PS).
"Queremos garantizar el modelo social y los derechos de los
trabajadores dando más flexibilidad a las empresas", declaró el jefe del
Gobierno galo en una entrevista que publica hoy el periódico "Journal
du Dimanche (JDD)" y en la que Valls asegura que "es vital reformar
Francia".
La entrevista se publica la víspera de que el primer ministro reciba a
los distintos sindicatos para tratar sobre el anteproyecto de ley de la
titular de Trabajo, Myriam el Khomri, una reforma que analizará el
Consejo de Ministros el próximo 24 de marzo.
Antes, el texto será contestado en las calles el próximo miércoles,
después de que una petición en línea contra la reforma haya recabado más
de un millón de firmas en internet.
Se opone también al cambio legislativo un nutrido grupo de
socialistas "rebeldes", liderados por Martine Aurby, la alcaldesa de
Lille y exministra de Trabajo que aprobó la jornada laboral de 35 horas
semanales, un símbolo para la izquierda francesa.
"Hay que completar y enriquecer el texto, pero lo que sería terrible
es el statu quo", agregó Valls, quien subrayó que el Gobierno se ha dado
dos semanas suplementarias antes de presentar oficialmente el proyecto
de reforma para "mejorar y corregir lo que sea necesario del texto" y
para combatir la "desinformación".
Entre los puntos más polémicos del anteproyecto de ley se cuenta el
fijar un tope máximo a las indemnizaciones por despido (hasta ahora
decididas en un tribunal laboral), los nuevos criterios para aplicar
despidos económicos por la mala marcha de la empresa, o la primacía de
los acuerdos en el seno de la empresa a los convenios colectivos.
"No le concederé ni un segundo al inmovilismo. Esta ley de trabajo es
más visibilidad para las empresas y más protección para los
trabajadores", agregó el primer ministro, quien cree que el texto
eliminará precariedad a los jóvenes y a los trabajadores menos
cualificados, los más afectados por el paro.
Valls desmintió que la ley elimine el suplemento salarial a las horas
extraordinarias, que genere nuevos motivos de despido o que otorgue al
empresario la capacidad de reducir unilateralmente los salarios de sus
empleados.
"Quiero dar credibilidad a la 'flexiseguridad' a la francesa, dando
nuevos derechos a los trabajadores", dijo Valls, quien cree que el
anteproyecto de ley favorecerá que se firmen contratos indefinidos en
lugar de temporales o eventuales.
En parte porque se fija un tope a las indemnizaciones por despido, lo
que permitirá a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas,
contratar indefinidamente porque podrán saber cuánto les puede costar
prescindir de un trabajador, en lugar de ofrecer solo contratos de
duración limitada, resumió.
El jefe del Gobierno galo espera poder sumar el apoyo de quienes
quieran reformar el país, más allá de las diferencias políticas, y
centrarse en el enemigo común: "La lucha contra el paro".
"Debemos reformar el derecho laboral, como han hecho nuestros
vecinos. Reformar es difícil y es por eso por lo que me apego a ello con
pasión", concluyó Valls.
Según un sondeo elaborado por Odoxa y publicado hoy por "Le
Parisien", el 70 % de los franceses se opone a la reforma laboral, tres
puntos más que el pasado 25 de febrero.
Se declaran en contra tanto quienes se dicen simpatizantes de izquierda (70 %) como los de derechas (68 %).
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