martes, 12 de abril de 2016

La inversión en el Canal ampliado de Panamá estará amortizada en 2029

MIAMI/MADRID.- La inversión de unos 5.000 millones de dólares en la ampliación del Canal del Panamá ha despertado el "interés de muchos clientes" y quedará amortizada en 2029, afirmó hoy en la ciudad estadounidense de Miami Jorge Quijano, administrador de la vía, quien participa en el Foro Estratégico Mundial.

"Tengo la satisfacción de ver que estamos al final del camino, esperamos ver aumentar los ingresos sustancialmente" tras la apertura en junio próximo de la ampliación del Canal, dijo Quijano.
El administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) apuntó que la ampliación ha generado "mucho interés de clientes e incrementado las relaciones con puertos de todo el mundo, especialmente del este de Estados Unidos.
Quijano hizo estos comentarios tras concluir la sesión plenaria "Financiando la infraestructura: una perspectiva a largo plazo sobre el desarrollo", dentro de la sexta edición de la cita, una iniciativa auspiciada por el Foro Económico Internacional de las Américas.
Al evento, que concluye hoy, asisten unos 200 altos cargos, reconocidos expertos y empresarios con el objetivo de intercambiar puntos de vista e ideas sobre temas como la globalización, el impacto de la tecnología en el mundo o cómo sentar las bases de la prosperidad ante las bajas tasas de crecimiento económico.
La inversión en infraestructuras es, sin duda, una de las prioridades de todos los Gobiernos, un "elemento clave para la transformación y avance" de la naciones, sentenció al comienzo de la charla Enrique García Rodríguez, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Como moderador de la sesión, García apuntó a aspectos medulares de toda obra de infraestructura, tales como la "transparencia, la financiación o la preparación de un plan a largo plazo", todas ellas asignaturas que, dijo, "se están haciendo bien" en la región.
El director ejecutivo de Suez North American, Eric Gernath, llamó al sector privado a "duplicar" su inversión en el sector de las infraestructuras, que hoy es muy inferior a la deseada.
Eso sí, los Gobiernos deben "crear marcos adecuados" para hacer atractiva la empresa a los inversores privados, dispuestos a competir en una relación y atmósfera de "transparencia" y "predecible".
No quedó fuera del debate sobre la importancia de las infraestructuras para la prosperidad de las naciones el renglón de su impacto en el medioambiente.
Bertrand Badré, asesor del Foro Económico Mundial (WEF), resaltó la necesidad de "trabajar en los proyectos e ideas" para calibrar su impacto en el ecosistema.
Para ello, sostuvo, resulta fundamental contar con la integración de "las autoridades locales y nacionales, gobernadores, el sector privado, financieros y constructores".
En opinión de Quijano, el problema reside en que a muchos proyectos les falta "visión a largo plazo o de prioridad", algo que los "inversores nunca quieren encontrarse".
En ese contexto, es prioritario "planificar a fondo", valorar varios proyectos, como en el caso del Canal de Panamá, un plan impulsado y desarrollado no por un Gobierno determinado, sino también por los sucesivos, añadió.
"Hay que mirar a largo plazo, mantener el coste de un proyecto de esta magnitud sin complejos y contar con un respaldo legal para proteger a los contratistas", apostilló Quijano en referencia a esta vía, cuya ampliación contabilizará un aumento de entre "350 y 400 millones de toneladas anuales con un tráfico diario de unos 360 barcos de todo tipo".
Coincidió con García y Gernath en la necesidad de evaluar el "impacto medioambiental de todo proyecto de infraestructura" y apostó por "olvidar los plazos", ya que se trata de "un compromiso de futuro".
Aludió el panameño al proyecto de construir un canal en Nicaragua, un proyecto que cae dentro del "radar" de la ACP, ya que podría restar mercado al Canal de Panamá.
"Es un posible competidor (el eventual canal nicaragüense) y miramos lo que está haciendo", aunque "de momento" se encuentra en la fase de "exploraciones geológicas".
Sin embargo, John Negroponte, que fue subsecretario de Estado y director de inteligencia nacional con George W. Bush, se mostró escéptico sobre el proyecto del canal de Nicaragua. "No sé si va a ir a algún lugar", señaló.
Especial énfasis puso también Badré en el tratamiento de "transparencia" que se debe dar a las obras de infraestructuras acometidas, sobre todo en su impacto sobre el ecosistema.
En ese contexto, Quijano apuntó al caso de su país, donde estos proyectos "están muy bien regulados, con un control de proceso de financiación transparente y público", entre otras cosas, porque, dijo, la "transparencia es clave" para asegurarse la "financiación, buenos contratistas y buenos precios".
Por otra parte, Sacyr prevé recuperar 614 millones de dólares (unos 540 millones de euros) por las reclamaciones que el consorcio que lidera ha presentado por los sobrecostes que ha supuesto la construcción de la ampliación del Canal de Panamá.
Se trata del importe que le correspondería al grupo español, en virtud de la participación del 41,6% que tiene en el consorcio, del monto que la empresa y sus socios obtendrán del total reclamado, según el cálculo que encargaron realizar a la firma DLF Associate este pasado mes de enero.
En concreto, el informe considera "razonable" que el consorcio recupere 1.763 millones de dólares (unos 1.550 millones de euros) de los 3.600 millones de dólares (unos 3.160 millones de euros) a los que actualmente ascienden las reclamaciones planteadas, esto es, casi la mitad (un 48%).
Dado que hasta la fecha Sacyr y sus socios ya han cobrado reclamos por 287 millones de dólares (unos 252 millones de euros), quedarían aún pendientes de recuperar 1.476 millones de dólares (unos 1.295 millones de euros).
A su vez, de este monto, a Sacyr le corresponden los referidos 614 millones de dólares (540 millones de euros), dada su participación en el consorcio que construye el histórico nuevo juego de esclusas del Canal que se inaugura el próximo 26 de junio. El resto de empresas son la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la local Cusa.
Se trata de los datos que DLF Associate, como experto independiente del consorcio, ha actualizado a fecha 22 de enero de 2016 "a partir del análisis de las reclamaciones, de sus investigaciones, de su experiencia y de la documentación aportada por los contratistas", según informa Sacyr en su informe anual de 2015.
Entre las principales reclamaciones planteadas durante los siete años que ha durado la obra figura una de 334 millones de dólares (293 millones de euros) por los cambios introducidos en el diseño de las compuertas de las esclusas y otra de 218 millones de dólares (191 millones de euros) por los retrasos y la paralización de las obras registradas a comienzos de 2014 ante las tensiones de liquidez que sufrió entonces el proyecto.
Todos los reclamos están actualmente en discusión en alguna de las tres instancias que el contrato fijó para solventarlos.
Los sobrecostes registrados durante la construcción del nuevo Canal superan ya al importe de 3.200 millones de dólares (unos 2.870 millones de euros) por el que en julio de 2009 se adjudicó la obra, cuyo coste final rondará así los 5.000 millones de dólares (unos 4.485 millones de euros).
En este sentido, al cierre de 2015, Sacyr y el resto del consorcio habían ya cobrado certificaciones de ejecución de obra por total de 3.359 millones de dólares (2.950 millones de euros), importe que equivale a reconocer que a esa fecha el proyecto estaba ejecutado al 93%.
Asimismo, las empresas contratistas han recibido anticipos de la Autoridad del Canal por 860 millones de dólares (755 millones de euros), según detalla Sacyr en su informe anual de 2015.

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