ROMA.- El referéndum
convocado en Italia para revisar la presencia de plataformas
petrolíferas en su mar territorial naufragó hoy al no alcanzar la
participación requerida, fijada en la mitad más uno de los electores.
De acuerdo con los datos del Ministerio del Interior, la
participación al cierre de las urnas, a las 23.00 hora local (21.00
GMT), fue de alrededor del 32,1 %, lejos del quórum establecido, por lo
que el referéndum no será considerado válido.
Una de las voces más críticas contra la celebración de esta consulta
ha sido el primer ministro, Matteo Renzi, que ha celebrado estos
resultados porque, aseguró, suponen un triunfo para "los trabajadores
(de las plataformas) que mañana podrán volver a su trabajo".
Renzi, que no votó y que previamente había llamado a la abstención,
argumentó su postura en su voluntad de "no poner en riesgo a todo un
sector".
"Considero que el presidente de un Gobierno debe estar donde esté en
riesgo un solo puesto de trabajo. Brindemos, alcemos las copas por estos
trabajadores que no han perdido su empleo", exclamó durante una rueda
de prensa tras el cierre de la votación.
El presidente del Ejecutivo manifestó su voluntad de "hacer de Italia
el país más verde de Europa", pero subrayó que "esto no puede
producirse de la noche a la mañana".
La consulta concernía únicamente a los pozos de petróleo y gas
situados en aguas territoriales italianas, es decir entre la línea de
costa y las primeras doce millas (unos 22 kilómetros) de mar.
Las perforaciones en ese espacio están prohibidas desde 2006 por una
ley aprobada ese año pero que, al mismo tiempo, permitía que las
plataformas que ya operaban en la zona con anterioridad a la norma
continuaran haciéndolo, ofreciéndoles además extraer recursos hasta
agotar el yacimiento.
En concreto, en el referendo se preguntó a los electores si deseaban
la abolición de la cláusula en la que se permite la explotación "durante
toda la vida útil del yacimiento".
De acuerdo con la legislación vigente en Italia, una petrolera recibe
una primera concesión de explotación por 30 años, pudiendo renovar
después el contrato hasta en tres ocasiones por un total de 20 años y,
posteriormente, solicitar la explotación total del yacimiento.
En total Italia cuenta con 44 concesiones de extracción dentro de los
límites de las doce millas, sobre todo frente a las costas del
Adriático, lo que supone la presencia en la zona de 48 plataformas
petrolíferas.
Uno de los argumentos esgrimidos por los contrarios a la consulta es
que, de haber prosperado, podría haber supuesto el fin de unas
plataformas en las que actualmente están empleadas alrededor de 11.000
personas.
El recuento de las papeletas se llevará cabo esta noche a pesar de que el referéndum no sea considerado válido o vinculante.
La consulta, sin embargo, ha acabado perfilándose como una suerte de plebiscito sobre el Gobierno de Renzi.
Diversos partidos de la oposición han instado al electorado a
participar con el fin de llevar la contraria al primer ministro y
mostrar que son muchos quienes no siguen sus llamamientos.
El diputado del Movimiento Cinco Estrellas Alessandro di Battista
animó al voto y arremetió contra Renzi, al que calificó de "un primer
ministro que no ha sido elegido por nadie" (fue designado en 2014), y
que se ocupa de "defender su trono, el mismo que los grupos de presión
le han otorgado".
Pese a que Renzi ha ganado esa batalla con el fracaso de la consulta,
sus principales promotores le han instado a no desoír la voz de los 15
millones de italianos que acudieron a las urnas, la mayoría de ellos
previsiblemente para expresar su desacuerdo con la presencia de las
plataformas petrolíferas.
Es el caso de la organización medioambiental Greenpeace, que achacó
los resultados a "los tiempos cortos de la campaña, a la negativa del
Gobierno a anunciar el día de la celebración del referendo y a una
estrategia político-mediática" que lo ha silenciado.
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