LISBOA.- El marxista Bloque
de Izquierda, el tercer mayor partido del país y socio de Gobierno
socialista portugués, alertó hoy del riesgo de que Portugal se quede sin
bancos propios y, en consecuencia, sin capacidad de decisión.
"Portugal corre el riesgo de quedarse sin banca y nosotros creemos
que un país necesita tener banca para tener capacidad de decisión", dijo
la portavoz bloquista, Catarina Martins, en un encuentro con
diplomáticos latinoamericanos en Lisboa, organizado por la embajada de
la República Dominicana en la capital lusa.
Una de las mayores preocupaciones para el Bloque de Izquierda (socio
en Europa del Podemos español y el Syriza griego) se trata del "proceso
de consolidación de la banca a nivel europeo", añadió.
Aunque el Bloque asume que ese sistema está "sobredimensionado",
discrepa con la solución que proponen las instituciones comunitarias de
seguir adelante con la concentración para acabar con "cinco o seis
grandes bancos europeos".
Martins opinó que en ese proceso, Portugal se quedará sin ningún
banco propio y que esa es la razón por la que "hay un debate sobre la
españolización de la banca, sobre la necesidad de capital de Angola en
Portugal, y sobre si eso puede o no ayudar a combatir la españolización
de la banca".
También dijo que hay un banco público, la Caixa Geral de Depositos
(CGD) que, tanto el Bloque como el Gobierno del partido socialista,
coinciden en "la necesidad de mantenerla íntegramente pública".
Sus declaraciones se producen tras conocerse la ruptura del principio
de acuerdo entre los mayores accionistas del Banco Portugués de
Inversión (BPI), -CaixaBank y la angoleña Isabel dos Santos-, y el
lanzamiento, por parte de la entidad española, de una nueva Oferta
Pública de Adquisición de acciones (opa) por el BPI
La operación se produce en un momento delicado para la entidad -la
quinta más importante de Portugal por volumen de activos-, a la espera
de saber si el Banco Central Europeo (BCE) le multa o acepta concederle
más tiempo tras expirar el plazo para encontrar una solución a su
negocio en Angola.
El caso del BPI tiene también implicaciones políticas para Portugal
debido a la importancia de las relaciones con el país africano, y
reflejo de ello fue la intervención directa de las autoridades lusas
durante las últimas semanas para facilitar las negociaciones entre el
CaixaBank y Dos Santos.
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