TEL AVIV.- Cuando se corrió la voz de que la
compañía de cosméticos Ahava se retiraba de la Cisjordania ocupada, los
israelíes se alarmaron por lo que consideran una decisión tomada bajo
presión, pero los partidarios del bloqueo cantaron victoria.
La
empresa israelí, que exporta cremas a base de sales minerales del mar
Muerto, informó en marzo que instalaba una fábrica más en Israel pero no
confirmó el cierre de la de Cisjordania, un territorio palestino
ocupado desde hace casi medio siglo.
Pese a la incertidumbre, los
militantes de BDS (Boicot Desinversión y Sanciones) lo consideran todo
un éxito. Y es que el lanzamiento de su campaña, que llama a boicotear
productos israelíes, así como relaciones culturales y académicas con
Israel mientras siga la ocupación, parece estar despegando.
El
movimiento nació hace diez años en Cisjordania, donde más de 2,8
millones de palestinos viven en tensión permanente con 600.000 colonos
israelíes. La comunidad internacional considera a estos últimos como el
principal obstáculo para la paz y recuerda que sus viviendas, muy
subvencionadas por el Estado, son ilegales.
Sus partidarios
aseguran que varias empresas han abandonado Cisjordania bajo presión,
como la israelí de bebidas SodaStream en 2015. El gigante
británico-danés de seguridad G4S ha llegado más lejos, retirándose de Israel.
Varias
empresas en Cisjordania se vanaglorian de estar creciendo y hacen caso
omiso no sólo del boicot sino también de la decisión de la Unión Europea
de especificar en las etiquetas el origen de los productos cuando
provienen de las colonias de los territorios ocupados.
Sea como
fuere, Israel asegura tomar en serio el BDS y este año desembolsó 31
millones de dólares para la lucha contra esta campaña, que constituye
una "amenaza estratégica", según los dirigentes israelíes.
El
ministro de Asuntos Estratégicos, Gilad Erdan, declaró recientemente su
intención de "torpedear en tiempo real el BDS e incluso ir un paso por
delante de él".
El BDS afirma inspirarse en la lucha contra el
apartheid de los años 1980 y desmiente las acusaciones de antisemitismo
formuladas contra él.
"No pueden responder con sus herramientas
tradicionales, acusarnos de ser terroristas o de estar financiados por
terroristas, porque el mundo puede ver fácilmente que no es verdad",
afirmó Jamal Juma, miembro del comité ejecutivo de BDS en
Ramala. "Entonces intentan criminalizar el movimiento a nivel
internacional" tachándolo de antisemita.
La ONG israelí Goush
Shalom, que milita contra la ocupación, afirma que una miríada de
empresas se fueron de Cisjordania en los últimos años y otras más
pequeñas también están bajo presión.
Algunos advierten de que no
darán su brazo a torcer. Yaakov Berg, que fabrica cada año 250.000
botellas de vino Psagot en los territorios ocupados, afirma haber
rechazado ofertas de millones de dólares porque los inversores le
instaban a relocalizarse en Israel. "No me iré nunca de aquí", dice.
Globalmente,
el impacto en la economía israelí sigue siendo limitado. Las colonias
sólo representan entre el 2 y el 3% del comercio israelí y según el
Consejo Yesha, que representa a los colonos, acogían a 890 fábricas en
2015 contra 680 en 2011.
Pero, según Ofer Zalsberg, de
International Crisis Group, las grandes empresas que hubieran invertido
en las colonias hace tan sólo cinco años ahora se lo piensan dos veces.
Israel
teme que BDS provoque un cambio en las reglas del juego, asegura
Zalsberg. Entre sus temores figura que se excluya a los colonos de los
procedimientos de obtención automático de visados hacia Estados
europeos.
El periodista israelí Ben-Dror Yemeni hace campaña
contra BDS pero reconoce que "por el momento la batalla se libra a nivel
de la opinión pública occidental y los militantes BDS podrían ganarla".
Israel
prefiere la vía judicial. Cuarenta abogados siguen desde hace dos años
una estrategia bien definida, dice Ron Lauder, a la cabeza del Congreso
judío mundial. "En el frente jurídico somos ganadores", se congratula.
La
estrategia ha dado fruto: Francia prohibió el BDS en octubre y siete
estados estadounidenses adoptaron resoluciones condenándolo. Canadá ha
seguido sus pasos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario