domingo, 17 de abril de 2016

¿Convienen bajos precios del petróleo?

DOHA.- Pocos temas de la economía mundial son objeto de tanto debate, pronósticos y especulaciones como el precio del petróleo, acerca del cual importantes productores debatieron hoy aquí sin llegar a un acuerdo para congelar sus niveles extractivos.

En efecto, representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de grandes productores como Rusia, se reunieron el domingo en esta capital, a fin de acordar una congelación de sus respectivos volúmenes de bombeo de crudo a los existentes en enero, a fin de estimular los precios, que declinaron en un 70 por ciento desde mediados de junio de 2014.

Aunque la reunión, a la que no acudió Irán, discurrió no exenta de discrepancias y sin llegarse a un acuerdo, concluyó con el optimismo en el grueso de los más de 10 países participantes, en que este pueda adoptarse en junio.

Al margen de sus resultados, actualmente la mayoría de los países productores y exportadores de oro negro- e incluso algunos importadores- representantes de grandes transnacionales del sector y organismos internacionales financieros muestran preocupación por el declive de las cotizaciones y se preguntan cada vez más si realmente convienen bajos precios del petróleo.

Alrededor de un tercio de las empresas petroleras en el mundo podrían quebrar debido al desplome en los precios del crudo, estimó en un informe la firma auditora y consultora Deloitte.

Existe un alto riesgo de que la situación financiera empeore, pues el bajo precio de las materias primas complica el acceso a capital y la capacidad empresarial para reducir el endeudamiento, agregó.

Canadá, los exportadores latinoamericanos de crudo, y los de África y del Medio Oriente, Rusia y estados norteamericanos como el de Texas se han quejado en más de una ocasión de la tendencia declinante del valor del barril, que bajó de unos 100 dólares hasta menos de 30.

Para muchos expertos el abaratamiento del petróleo no es la cura contra todos los males económicos, especialmente si las cotizaciones se reducen de forma demasiado drástica, como la que ha acontecido.

Coinciden en un grupo de factores negativos derivados del derrumbe, entre los que destacan como problema principal la inestabilidad geopolítica que provoca. Estados que dependen de las ventas de hidrocarburos pueden empujar el sistema económico y político mundial al abismo de la recesión.

Por ejemplo, países petroleros en conflicto y con una situación difícil, como Iraq, Libia y Nigeria, recibirán menos beneficios presupuestarios en la medida en que más se depriman los precios del hidrocarburo, y puede darse el caso que la disminución de las cotizaciones de lugar a una escalada de violencia.

No sólo esas naciones sino muchas más no están preparadas para sobrevivir a los bajos precios del petróleo, por lo que para mantener un presupuesto equilibrado necesitan cotizaciones por encima de 70 dólares el barril como mínimo.

Además, en general no se puede reconstruir la economía en un contexto de petróleo barato y actualmente es difícil predecir cómo evolucionará el precio del petróleo a largo plazo.

Organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que defendían la merma de los precios cuando estaban a 100 dólares el barril, ahora mencionan las bajas cotizaciones de esa y otras materias primas como un importante elemento que afecta el despegue de la maltrecha economía global.

Asimismo y en lo que nadie discrepa es que los precios deprimidos desestimulan las inversiones en exploración y explotación de hidrocarburos, lo cual por consiguiente, limita el hallazgo de nuevos yacimientos y una mayor producción.

Además, muchos interesados en energía renovable prefieren aplazar el emprendimiento de proyectos, mientras que los hidrocarburos estén a precios muy asequibles.

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