MADRID.- Los bancos de la zona euro
necesitan reducir sus elevados costes de funcionamiento y reforzar sus
balances, dijo la jefa de supervisión del BCE, Daniele Nouy, añadiendo
que el banco central está analizando nuevas propuestas para lidiar con
los préstamos morosos de largo recorrido.
Casi una década después del inicio de la crisis, los
bancos de la zona euro tienen en balance alrededor de 900.000 millones
de euros en préstamos morosos, circunstancia que limita su capacidad de
dar nuevos préstamos y apoyar el crecimiento.
Aunque el BCE argumenta que la venta, ejecución o
transferencia de dichos préstamos a un "banco malo" solo puede hacerse a
nivel nacional debido a las distintas regulaciones del bloque de 19
miembros, algunos analistas sugieren que se fijen objetivos concretos o
se emitan unas recomendaciones de buenas prácticas sobre este asunto.
"Todavía tenemos mucho trabajo que hacer para hacer
frente a los activos existentes, en particular las exposiciones no
rentables (...) y tenemos que hacer llegar rápido algunas propuestas",
dijo Nouy en una conferencia bancaria en Madrid.
El BCE no quiso dar más detalles sobre los comentarios de Nouy.
El año pasado el banco central europeo estableció un
grupo de trabajo sobre los préstamos morosos, encabezado por la
subgobernadora del Banco de Irlanda, Sharon Donnery. Se espera que el
grupo emita algunas de sus conclusiones generales a mediados de año.
Algunos analistas han sugerido que el BCE podría
incluso llegar a comprar préstamos morosos de la misma forma que ha
adquirido títulos respaldados por activos, pero esta idea no ha sido
aceptada públicamente por los responsables del BCE y miembros del
consejo y la mayoría se opone a esta idea.
Nouy reconoció que los tipos por debajo de cero del BCE
son un lastre para las ganancias de la banca, pero dijo que los
prestamistas se benefician de un mayor crecimiento económico, una
reducción de los costes de financiación y mejores condiciones de
liquidez que permiten a los hogares y clientes corporativos pagar la
deuda.
Añadió que los costes bancarios seguían siendo
demasiado altos en proporción a sus ingresos y que los bancos podrían
beneficiarse de una nueva ola de consolidación, ya que todavía hay
demasiados bancos en el bloque.
Atajando las preocupaciones de que el BCE siga
obligando a los bancos a acumular demasiado capital, Nouy dijo que el
BCE estaba cómodo con el requisito de capital mínimo actual.
Aún así, algunos ejecutivos temen que estén por llegar
más aumentos de capital, posiblemente colchones sistémicos o
anticíclicos así como un aumento de la ponderación sobre el riesgo de
los bonos gubernamentales en la cartera de los bancos.
"Creo que necesitamos claridad en la regulación", dijo
la presidenta ejecutiva de Santander, Ana Botín, en la conferencia.
"Estaba leyendo informes de los analistas de hace unos días en los que
las estimaciones apuntan a que en la banca europea todavía se necesitan
120 puntos básicos más de capital."
La máxima ejecutiva del mayor banco español dijo que
consideraba preciso que los bancos presionasen para conocer lo antes
posible las nuevas exigencias regulatorias y su orientación.
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