lunes, 2 de mayo de 2016

EE.UU. rechaza la "errónea" interpretación de documentos filtrados sobre el TTIP

WASHINGTON.- El Gobierno estadounidense reiteró hoy que el objetivo del tratado de libre comercio e inversiones (TTIP) entre la Unión Europea y EE.UU. es "preservar, no socavar, nuestros robustos estándares de protección medioambientales y del consumidor" y rechazó la "errónea" interpretación de documentos filtrados por Greenpeace sobre una presión estadounidense.

"Las interpretaciones dadas a estos textos parecen ser confusas en el mejor de los casos y directamente erróneas en el peor", indicó en un comunicado un portavoz de la Oficina del Representante de Comercio Exterior de EE.UU. (USTR), que pidió el anonimato.
El funcionario recalcó que el TTIP busca "preservar, no socavar, nuestros robustos estándares de protección medioambientales y de protección del consumidor" y "situar a EE.UU. y la UE en una posición conjunta para elevarlos aún más en todo el mundo".
La oficina de la USTR, cuyo titular, Michael Froman, dirige las conversaciones sobre el TTIP por parte de EE.UU., comentó así la filtración por parte de Greenpeace Holanda de documentos de la negociación que muestran por primera vez las posiciones de EE.UU. en diferentes áreas y sus intentos para que la UE se adapte a sus demandas.
Los documentos fueron filtrados hoy por la organización ecologista, que se opone al acuerdo comercial, y que ha pedido detener las conversaciones hasta que no haya un "debate público" sobre la base de "hechos y no especulaciones".
También salió al paso la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, quien garantizó desde Bruselas que la UE "no rebajará" la regulación europea sobre protección de consumidores o medioambiente, y solo podrán cambiarla "haciéndola más fuerte".
Precisamente, el pasado viernes delegaciones de ambas partes cerraron en Nueva York con avances una nueva ronda de negociaciones del tratado transatlántico de libre comercio e inversiones (TTIP) y siguen viendo posible completar el proceso este año.
El calendario político, sin embargo, con las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre, complica el proceso y hace casi obligatorio que si Washington y Bruselas quieren un acuerdo, este se cierre para fin de año, antes de que termine el segundo y último mandato del presidente estadounidense, Barack Obama.
En los últimos meses, los principales aspirantes a la Casa Blanca, tanto demócratas como republicanos, han expresado en mayor o menor medida sus recelos ante este tipo de acuerdos comerciales.

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