BRUSELAS.- La Comisión Europea
(CE) consideró hoy "exagerada" la atención acaparada por los documentos
filtrados de la negociación con EEUU de un tratado de libre comercio e
inversiones (TTIP), y volvió a garantizar que un eventual acuerdo no
aguará las normas de la Unión Europea (UE) de protección sanitaria y
ambiental.
"Muchos de los alarmistas titulares de hoy son una tormenta en una
taza de café", zanjó la comisaria europea de Comercio, Cecilia
Malmström, en su blog, donde salió al paso de los documentos publicados
por Greenpeace Holanda que revelan la presión de Estados Unidos para que
la Unión se adapte a sus demandas.
Éstos consisten en 248 páginas que incluyen trece de los diecisiete
textos consolidados (texto acordado o la posición de cada parte entre
corchetes) que había en abril, antes de la última ronda de negociación
que se cerró la semana pasada en Nueva York.
La gran novedad de esta filtración es que saca a la luz por primera
vez la posición de Washington en aspectos concretos, mientras que la UE
había ido publicando la suya en aras de la transparencia y tras la
petición de la defensora del pueblo europeo de dar a conocer más textos
de la negociación.
"Ningún acuerdo comercial de la UE rebajará jamás nuestro nivel de
protección de consumidores, seguridad alimentaria o medioambiente. Los
acuerdos comerciales no cambiarán nuestras normas sobre organismos
modificados genéticamente, cómo producir una carne segura o cómo
proteger el medioambiente", insistió Malmström, en referencia a algunos
de los puntos más delicados para los europeos.
La política sueca aclaró que unas opiniones divergentes "no quiere
decir que la otra parte ceda" y aseguró que en "áreas en las que estemos
demasiado alejados en una negociación, simplemente no llegaremos a un
acuerdo".
El jefe negociador comunitario, Ignacio García Bercero, afirmó por su
parte que "se está exagerando el grado de divergencia de puntos de
vista" y apuntó que Estados Unidos ya "ha aceptado que nada de lo que
las dos partes hagan puede debilitar el grado de protección en nuestras
respectivas regulaciones".
Incidió en que "toda negociación con un país tercero se ha de hacer
con respeto y esto incluye la posición de Estados Unidos, que ellos no
querían que fuera pública".
Pese a ello reiteró que ambas partes siguen "trabajando con el
objetivo de ver lo que podemos acordar antes del fin de la
Administración" de Barack Obama, "pero siempre sin sacrificar
sustancia".
Greenpeace señala que en los documentos no hay referencias a la
excepción de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre medidas
para la protección de la salud o el medioambiente, que no obstante
García Bercero asegura que serán incluidas en un capítulo diferente aún
no consolidado.
La ONG también denuncia que no hay mención al reciente acuerdo de
París sobre el cambio climático ni al "principio de precaución", que
garantiza la posibilidad de legislar para proteger la salud pública o el
medioambiente, mientras que EEUU introduce la petición de gestión de
sustancias peligrosas en vez de evitarlas, como es el caso de químicos
disruptores hormonales como algunos pesticidas.
En cambio, para García Bercero, "es obvio que no vamos a negociar nada del principio de precaución".
"Estados Unidos dijo que antes de responder a nuestra petición sobre
aranceles de vehículos, querían saber más sobre nuestra voluntad de
discutir también aranceles agrícolas. Es el único asunto que está
reflejado en ese informe particular", señaló.
Por lo que se refiere al poder de los grupos de presión corporativos a
la hora de legislar, el negociador europeo recalcó que "querer
consultar a la industria no es nada particularmente sorprendente", y
dijo que la UE consulta tanto a la industria como a las organizaciones
de consumidores, medioambientales o sindicatos.
Desde el Parlamento Europeo (PE), el portavoz de Comercio del grupo
socialista, David Martin, subrayó que la Eurocámara no aceptará un
acuerdo que rebaje la legislación europea, al tiempo que reconoció que
"nada en esta filtración indica que la UE haya cedido a las demandas de
Estados Unidos".
El eurodiputado de EQUO Florent Marcellesi consideró por su parte que
los textos "revelan que todas nuestras sospechas eran ciertas", al
tiempo que opinó que el TTIP "es un peligro real para la salud, los
consumidores y el clima", mientras que Marina Albiol, de IU, dijo que la
CE debe "paralizar de inmediato" las negociaciones.
El director para Europa de Greenpeace, Jorgo Riss, pidió "detener" el
proceso "porque los negociadores no están actuando por el interés
público", y consideró que "si hay cambio, va a venir de una discusión
pública".
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