LONDRES.- Reino Unido está yendo hacia una
nueva forma de asegurarse que no se queda sin electricidad, una que
podría poner el mercado de energía patas arriba: en lugar de pagar a las
eléctricas para que produzcan más electricidad, está pagando a empresas
que garantizan que se reduce la demanda industrial.
Los denominados agregadores de demanda se aseguran los
compromisos de empresas de todo el país para reducir su consumo
eléctrico. Por ejemplo, los supermercados pueden subir la temperatura de
los frigoríficos unos grados durante un periodo corto de tiempo sin
impacto alguno o las depuradoras pueden apagar las bombas en momentos
puntuales.
Los agregadores venden luego la reducción en megawatios
que se han garantizado al operador de la red National Grid, que cada
vez se muestra más partidario de este método de gestión activa de la
demanda (DSR, según sus siglas inglesas) que de pagar a las grandes
eléctricas por aumentar su capacidad de generación. Estos intermediarios
pasan estos ingresos a las empresas, quedándose una parte.
Agregadores de demanda como Flexitricity, Kiwi Power o
Open Energi han ganado terreno en el último año desde que National Grid
lanzó una campaña promocional para concienciar a las empresas sobre los
beneficios comerciales de gestionar la demanda y reducir el consumo
energético.
Estos representan una amenaza para los ingresos de
grandes firmas de generación eléctrica como Centrica, SSE y EDF Energy,
que se están viendo debilitadas por estos recién llegados y perdiendo
negocio en el mercado de ajuste de electricidad británico de 1.000
millones de libras.
Este desafío podría crecer rápidamente en los próximos
años. National Grid, que busca equilibrar la oferta y la demanda por
segundo, quiere que entre el 30 y el 50 por ciento de la capacidad
eléctrica en el mercado de ajuste eléctrico provenga de la DSR en 2020,
frente al 4 por ciento actual.
La forma en que evolucione el auge de los agregadores
en Reino Unido podría servir de guía a otros países europeos y se
seguirá de cerca por las empresas y reguladores eléctricos de todo el
continente.
Reino Unido y Francia son los países más avanzados en
el uso de la gestión de la demanda y tienen un marco regulatorio
vigente. Otros países como Alemania todavía se encuentran dando forma a
las normas para lidiar con la reducción de la demanda eléctrica, que
puede reducir el uso de electricidad de origen fósil y ayudar a reducir
las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
"La DSR es un área apasionante", dijo a Reuters el
consejero delegado de National Grid, John Pettigrew. "Nos permite
equilibrar el sistema de forma mucho más económica, lo que beneficia a
los clientes".
Las eléctricas, ya bajo presión por la debilidad del
precio de la luz, se están viendo forzadas a responder entrando en este
tipo de negocio.
Ronan O'Regan, director del equipo de estrategia
energética de la consultora PwC, dijo que la creciente producción
eléctrica y unos márgenes de suministro más apretados por el cierre de
centrales de carbón y gas incrementarían la necesidad de servicios de
ajuste.
"El crecimiento potencial de la gestión de la demanda
(DSR) en el mercado de servicios de ajuste probablemente será
significativo en los próximos años", dijo.
Las empresas y oficinas grandes consumen alrededor de
dos tercios de la electricidad de Reino Unido. Los agregadores de
demanda firman contratos con National Grid para reducir la demanda
eléctrica de conjuntos de negocios y clientes industriales.
"Podemos conectar gigawatios y gigawatios de capacidad
de sistemas de aire acondicionados, calefacción, refrigeración en
decenas de miles de lugares", dijo Yoav Zingher, consejero delegado y
fundador de Kiwi Power.
Las empresas que trabajan con estas firmas obtienen
ingresos de los contratos con el operador de la red National Grid, de
los que los agregadores se quedan una parte, y al mismo tiempo ahorran
dinero al reducir su consumo energético en las horas más caras.
Open Energi ha conseguido clientes grandes como la
cadena de supermercados Sainsbury's y el distribuidor de agua United
Utilities.
"National Grid no quiere tratar con miles de pequeños
proveedores de DSR y aquí es donde entramos nosotros", dijo su director
de desarrollo corporativo, David Hill.
Los agregadores con los que habló Reuters rehusaron a
desvelar qué parte cobran por su intermediación porque las cifras son
comercialmente sensibles.
Open Energi, una empresa de seis años, dijo que sus
clientes reciben la mayoría de los ingresos generados por los contratos
con National Grid. Les promete rentabilidades de entre el 5 y el 10 por
ciento anual de su factura energética con los ingresos de National Grid.
Su cliente United Utilities dijo que esperaba conseguir
unos ingresos de 5 millones de libras en DSR en 2020 con la reducción
de consumo eléctrico, por ejemplo apagando las bombas de sus plantas de
tratamiento de agua.
Las eléctricas, propietarias de la mayoría de las
centrales eléctricas británicas, reconocen que el mercado eléctrico está
cambiando y están respondiendo a esta nueva realidad.
Npower, de la alemana RWE y una de las "seis grandes"
eléctricas en Reino Unido, dijo que estaba desarrollando productos y
servicios propios para clientes. "La DSR (gestión de la demanda) es un
mercado de crecimiento clave en el mercado energético", dijo Michael
Byrne, responsable de marketing de la filial de soluciones para empresas
de npower.
Centrica, el mayor proveedor de energía británico, ha
llevado productos para reducir la demanda al mercado residencial y dijo
que quiere ampliar su presencia en esta área.
SSE, otra de las seis grandes eléctricas, ha llegado a
un acuerdo para ofrecer a parte de sus clientes comerciales servicios de
gestión de demanda a través del agregador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario