viernes, 27 de mayo de 2016

La Alianza Mundial por el Suelo aprueba el manejo sostenible de ese recurso

ROMA.- La Alianza Mundial por el Suelo (AMS) aprobó nuevas directrices encaminadas a la gestión sostenible de ese recurso, y para que continúe siendo fértil y piedra angular de la seguridad alimentaria, informó hoy la FAO.

 Se trata de mayores esfuerzos para minimizar la erosión del suelo causada por el agua y el viento, para lo cual se necesita una adecuada gestión de los cambios de uso de la tierra tales como la deforestación o la conversión de los ecosistemas de pastizales en tierras cultivables.

También de promover actividades de protección de la superficie terrestre -como la cobertura del suelo con materia orgánica y la agricultura sin labranza- o de intervenciones como terraplenes o la utilización de cortavientos y la amortiguación ribereña.

Reducir la pérdida no deseada de nutrientes del suelo y la escorrentía aguas abajo de los insumos agrícolas, están incluidos en las directrices.

Ello incluye, además, la importancia de incrementar la materia orgánica del suelo, pues no sólo mejora la fertilidad de las tierras de cultivo, sino que desempeña un papel fundamental en la mitigación y adaptación al cambio climático mediante la fijación del carbono.

La AMS explicó que para mejorar la salud de los suelos hay mucho trabajo por hacer, y ejemplificó con un estudio en Malawi que detectó pérdidas en la capa arable correspondientes a 29 toneladas de tierra al año, con el consiguiente descenso del 10 por ciento de la producción agrícola.

El oficial de ordenación de suelos y tierras en la FAO, Ronald Vargas, señaló que para lograr revertir la erosión funcionó la cobertura con materia orgánica, la labranza mínima, las plantas de cobertura, los surcos de nivel y la plantación en hoyos.

La afectación de los suelos no es exclusiva de Malawi, compete a todo el mundo donde anualmente se pierden unos 75.000 millones de toneladas de tierra cultivable, y unos 400.000 millones de dólares en producción agrícola, aclara el estudio.

Por tal motivo, Vargas sugirió realizarlo en otros países para lograr una gestión sostenible de los suelos donde se cultiva el 95 por ciento de los alimentos del orbe y se fija el carbono.

El estudio indica en sus recomendaciones la importancia de proteger los suelos que aportan servicios ecosistémicos ante el crecimiento urbano y mantener las tierras cultivadas para protegerlas del viento y ralentizar la evaporación de la humedad causante de salinización.

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