MOSCÚ.- Alrededor de 100.000
personas marcharon hoy por la Plaza Roja de Moscú con motivo del 1º de
mayo, Día del Trabajo, al amparo de los sindicatos oficialistas y del
partido Rusia Unida del presidente Vladímir Putin.
"¡No a la subida de precios e impuestos!. ¡Sí a la subida de sueldos y
pensiones!" es el eslogan elegido por los organizadores en consonancia
con la política promovida por el jefe del Kremlin.
El control de la inflación en medio de una grave y prolongada
recesión que vive el país desde hace tres años es uno de los pilares de
la política monetaria rusa, pese a que su puesta en práctica mantiene
los tipos de interés en un altísimo 11 %.
Mientras la inmensa mayoría de los rusos pierde día tras día su poder
adquisitivo -debido sobre todo a la devaluación del rublo provocada en
buena medida por la caída de los precios del petróleo- el Estado presume
de haber incrementado este año tanto las pensiones como el salario
mínimo interprofesional.
La policía de Moscú ha estimado en unos 100.000 participantes en la
marcha en la Plaza Roja, el acto festivo más multitudinario de todos los
que se celebrarán hoy por todo el país.
A pocos metros del corazón de la capital, otras miles de personas
participaron en la marcha y mitin del Partido Comunista de Rusia.
"Cada vez más gente acude a la fiesta del 1º de Mayo en toda Rusia.
Esto pasa porque en nuestro país es cada vez más palpable la
contradicción entre el trabajo y el capital", dijo a los periodistas
Vladímir Kashin, uno de los líderes más destacado de los comunistas.
El presidente ruso admitió recientemente el aumento del número de
personas situadas bajo el umbral de la pobreza, que ya ha superado los
19 de los 145 millones de habitantes del país, la mayor cifra en más de
una década.
Según las estadísticas oficiales, el 13,4 % de los rusos vive bajo el
umbral de la pobreza (10.000 rublos ó 125 euros mensuales), tres
millones más que en 2014.
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