PARÍS.- El Gobierno socialista francés
logró imponer este jueves su reforma laboral, escapando a una moción de
censura presentada por los conservadores, pero sale muy debilitado de
una confrontación que tuvo réplicas en la calle y dentro del partido.
La
moción no recabó la mayoría suficiente (246 votos de los 288
necesarios) y su rechazo conllevó la adopción en primera lectura del
proyecto de ley, que tendrá que ser examinado en el Senado.
Sin
mayoría en la Asamblea Nacional (cámara baja), el Gobierno decidió el
martes recurrir al artículo 49-3 de la Constitución que le permite
adoptar el texto sin el voto de los diputados invocando la
responsabilidad del Gobierno.
Considerado demasiado liberal por
sus detractores, el proyecto de ley "debe ser defendido, visto como un
texto de progreso", justificó este jueves por la mañana el presidente
francés, François Hollande. "Tiene que ser pensado tanto para los
asalariados como para los empresarios. Yo no quiero que se opongan",
añadió el jefe de Estado, cuyo giro liberal, a mitad de su mandato, no
es aceptado por su mayoría. Como tampoco tiene su aprobación el refuerzo
de la política de seguridad después de los atentados de noviembre en
París, que dejaron 130 muertos.
Presentado como el último proyecto
importante de su mandato, la reforma laboral ha desatado una gran
movilización en la calle desde hace dos meses. En la calle, los
opositores a la reforma no bajaban la guardia. En el tercer mes de
manifestaciones, miles de personas salieron a las calles para pedir la
retirada del proyecto. "Dictadura presidencial", "social-traidores
fuera", "Gobierno, tú no eres el rey" rezaban las pancartas.
La
asistencia a las marchas fue menor que en las precedentes, con unas
120.000 personas en París, según la policía, y de nuevo estuvieron
salpicadas de violencia. En la capital, jóvenes con pasamontañas
lanzaron adoquines contra los manifestantes. Trece sindicatos resultaron
heridos, según los organizadores.
En el oeste de Francia, un
local del Partido Socialista fue saqueado en Le Havre, así como un
edificio administrativo en Caen. En Nantes, los manifestantes ocuparon
las vías de tren, interrumpiendo la circulación, y provocaron daños en
la estación de ferrocarril.
Según
el Gobierno, el proyecto de ley laboral apunta a dar mayor flexibilidad
a las empresas para luchar contra el desempleo. Sus detractores, sin
embargo, consideran que aumentará la precariedad laboral.
Nuevas
movilizaciones sindicales están previstas para el 17 y 19 de mayo. El
momento álgido de las protestas fue el 31 de marzo, cuando 390.000
personas salieron a la calle en Francia. Desde entonces, las
manifestaciones se han reducido, radicalizándose.
En la Asamblea
Nacional, el primer ministro atacó a los diputados socialistas
"rebeldes" que hasta la víspera habían pretendido presentar su propia
moción de censura contra el Gobierno de su partido, algo insólito desde
que François Hollande llegara al poder en 2012.
Esta "andadura
intrépida" llevará a sus autores a un "callejón sin salida", dijo Manuel
Valls. "No dejaré que se destruya a la izquierda del Gobierno ni a la
socialdemocracia francesa", lanzó Valls, dirigéndose a los diputados
rebeldes.
"Quiero que cambiemos de Gobierno, de primer ministro", declaró este jueves el líder los socialistas 'rebeldes', Christian Paul.
Esta
situación caótica en el seno del partido socialista es sólo el último
episodio de una serie de conflictos internos, como otra reforma
impulsada en 2015 por el ministro de Economía, Emmanuel Macron, también
adoptada mediante el artículo 49-3, o el proyecto -no aprobado- para
retirar la nacionalidad francesa a todos los autores de actos
terroristas.
Como signo del apoyo inestable de la reforma, el
Gobierno suprimió en el último momento una de las medidas más polémicas
del proyecto, el despido por motivos económicos. Así, las grandes
empresas no podrán, como estaba previsto, limitarse a presentar
dificultades en sus filiales dentro del país para despedir a sus
trabajadores.
Protestas
Decenas de miles de franceses protestaron hoy contra la reforma laboral y el recurso al artículo 49.3 de la Constitución para aprobarla sin debate parlamentario, en ciudades como París, Lyon, Toulouse o Nantes y en medio de altercados, lanzamiento de proyectiles y gases lacrimógenos.
Convocadas por sindicatos profesionales y estudiantiles, los cortejos tuvieron lugar mientras en la Asamblea Nacional se votaba la moción de censura presentada por la oposición contra el Gobierno socialista, que este martes había anunciado su intención de aplicar el polémico artículo constitucional.
En París, con entre 12.000 y 50.000 participantes, según la fuente policial o sindical, los enfrentamientos entre la policía y algunos manifestantes, y a veces también los ataques de encapuchados contra manifestantes y los servicios de orden sindicales, salpicaron gran parte de la cita.
La cabecera de la manifestación, con líderes sindicales como Philippe Martinez de la CGT; Jean-Claude Mailly de Fuerza Obrera; y William Martinet de la estudiantil Unef, fue recibida con proyectiles variados, adoquines, basura, botellas y macetas, seguidos de gases lacrimógenos.
Al menos dos personas resultaron heridas en la cabeza y recibieron en la calle los primeros auxilios.
Una de las partes en que quedó dividida la manifestación, iniciada a las 14.00 horas (12.00 GMT), quedó bloqueada antes de llegar a los vecinos Inválidos, en cuyas cercanías, tras un período de cierta calma, estallaron nuevos actos de violencia.
Recién rechazada la moción de censura y adoptado el proyecto de ley en primera lectura, hacia las siete de la tarde (17.00 GMT), cientos de manifestantes habían logrado llegar a las cercanías de la cámara baja, fuertemente blindada por autobuses policiales y término oficial de la marcha.
Delante de más de 80 autobuses de las fuerzas del orden, celebraron una asamblea general sobra las acciones a seguir, informó el canal "BFMTV".
En otras ciudades como Rennes (oeste) y Nantes (oeste) hubo también enfrentamientos entre policías, manifestantes y los llamados "casseurs" (violentos), mientras que en Toulouse (sur), donde salieron a la calle entre 3.000 o 12.000 personas, se produjeron al final del cortejo, según los medios galos.
Otras ciudades con importante participación en esta quinta jornada de movilización nacional en dos meses fueron las de Estrasburgo, Lyon, Caen, Grenoble y Le Havre, donde la sede del Partido Socialista fue saqueada.
El Ministerio del Interior cifró en 55.000 el número total de manifestantes hoy en el país y en una intervención ante el Senado su titular, Bernard Cazeneuve, indicó poco antes que desde el inicio del conflicto contra la reforma laboral hace dos meses la policía hizo mil detenciones y "varios cientos" de personas serán juzgadas.
Precisó, asimismo, que 300 policías han resultado heridos en las diferentes manifestaciones, pero no detalló el número de heridos entre los manifestantes.
Mientras manifestantes de todas las edades dijeron haber recibido gases lacrimógenos sin saber por qué y visto intervenir a la policía "cuando todo estaba tranquilo", Cazeneuve aseguró que el Gobierno no ha dado instrucción a las fuerzas del orden ni a los gobernadores civiles destinadas a crear tensiones, "sino todo lo contrario".
"Lamento que haya campañas que dan a entender que las instrucciones y orientaciones son diferentes", lo que contribuye a crear tensiones ahí donde ya hay demasiadas, añadió.
Protestas
Decenas de miles de franceses protestaron hoy contra la reforma laboral y el recurso al artículo 49.3 de la Constitución para aprobarla sin debate parlamentario, en ciudades como París, Lyon, Toulouse o Nantes y en medio de altercados, lanzamiento de proyectiles y gases lacrimógenos.
Convocadas por sindicatos profesionales y estudiantiles, los cortejos tuvieron lugar mientras en la Asamblea Nacional se votaba la moción de censura presentada por la oposición contra el Gobierno socialista, que este martes había anunciado su intención de aplicar el polémico artículo constitucional.
En París, con entre 12.000 y 50.000 participantes, según la fuente policial o sindical, los enfrentamientos entre la policía y algunos manifestantes, y a veces también los ataques de encapuchados contra manifestantes y los servicios de orden sindicales, salpicaron gran parte de la cita.
La cabecera de la manifestación, con líderes sindicales como Philippe Martinez de la CGT; Jean-Claude Mailly de Fuerza Obrera; y William Martinet de la estudiantil Unef, fue recibida con proyectiles variados, adoquines, basura, botellas y macetas, seguidos de gases lacrimógenos.
Al menos dos personas resultaron heridas en la cabeza y recibieron en la calle los primeros auxilios.
Una de las partes en que quedó dividida la manifestación, iniciada a las 14.00 horas (12.00 GMT), quedó bloqueada antes de llegar a los vecinos Inválidos, en cuyas cercanías, tras un período de cierta calma, estallaron nuevos actos de violencia.
Recién rechazada la moción de censura y adoptado el proyecto de ley en primera lectura, hacia las siete de la tarde (17.00 GMT), cientos de manifestantes habían logrado llegar a las cercanías de la cámara baja, fuertemente blindada por autobuses policiales y término oficial de la marcha.
Delante de más de 80 autobuses de las fuerzas del orden, celebraron una asamblea general sobra las acciones a seguir, informó el canal "BFMTV".
En otras ciudades como Rennes (oeste) y Nantes (oeste) hubo también enfrentamientos entre policías, manifestantes y los llamados "casseurs" (violentos), mientras que en Toulouse (sur), donde salieron a la calle entre 3.000 o 12.000 personas, se produjeron al final del cortejo, según los medios galos.
Otras ciudades con importante participación en esta quinta jornada de movilización nacional en dos meses fueron las de Estrasburgo, Lyon, Caen, Grenoble y Le Havre, donde la sede del Partido Socialista fue saqueada.
El Ministerio del Interior cifró en 55.000 el número total de manifestantes hoy en el país y en una intervención ante el Senado su titular, Bernard Cazeneuve, indicó poco antes que desde el inicio del conflicto contra la reforma laboral hace dos meses la policía hizo mil detenciones y "varios cientos" de personas serán juzgadas.
Precisó, asimismo, que 300 policías han resultado heridos en las diferentes manifestaciones, pero no detalló el número de heridos entre los manifestantes.
Mientras manifestantes de todas las edades dijeron haber recibido gases lacrimógenos sin saber por qué y visto intervenir a la policía "cuando todo estaba tranquilo", Cazeneuve aseguró que el Gobierno no ha dado instrucción a las fuerzas del orden ni a los gobernadores civiles destinadas a crear tensiones, "sino todo lo contrario".
"Lamento que haya campañas que dan a entender que las instrucciones y orientaciones son diferentes", lo que contribuye a crear tensiones ahí donde ya hay demasiadas, añadió.
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