TOKIO.- La Bolsa de Tokio
cayó hoy por segundo día consecutivo lastrada por la apreciación del yen
y la decisión de los inversores de mantenerse cautelosos antes de que
comience la cumbre de líderes del G7 de los próximos días 26 y 27 de
mayo.
El índice Nikkei cayó 155,84 puntos, un 0,94 por ciento, y quedó en
los 16.498,76 puntos, mientras que el segundo indicador, el Topix, que
agrupa los valores de la primera sección, retrocedió 12,18 enteros, un
0,91 por ciento, y cerró en las 1.326,5 unidades.
El parqué tokiota abrió ya a la baja y se mantuvo en terreno negativo
durante toda la jornada, a la espera de que la inminente reunión del G7
deje cualquier anuncio sobre el devenir económico.
La apreciación de la divisa local frente al dólar estadounidense, que
se intercambiaba en la franja baja de los 190 yenes en Tokio, fue otro
de los factores que minaron el ánimo, dado que en estos momentos el yen
es "el principal impulsor del sentimiento", según dijo el analista
Shingo Ide, del NLI Research Institute.
"Con la reciente apreciación del yen, el panorama económico de Japón
sigue siendo incierto", consideró en declaraciones a la agencia Kyodo el
analista de Nomura Securities, Shoichiro Yamauchi, quien cree que las
"esperanzas ante nuevos estímulos continúan apuntalando la economía".
Todos los sectores que cotizan en la primera sección, a excepción de
las papeles y el transporte aéreo, cosecharon pérdidas, un retroceso que
estuvo liderado por el de los seguros, la minería y el de los metales
no ferrosos.
Entre los exportadores destacó el desplome del 16,9 por ciento de
Panasonic, así como la caída del 1,4 por ciento de Toyota Motor.
La reciente recuperación del precio del petróleo ha propiciado la
venta de acciones en el sector, donde la petrolera Inpex perdió hoy un
1,8 por ciento y su competidora Japan Petroleum Exploration cayó un 2
por ciento.
En la primera sección, 1.272 valores retrocedieron frente a 529 que avanzaron, mientras que 152 cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 1,665 billones de yenes (13.603
millones de euros), frente a los 1,709 billones de yenes (13.954
millones de euros) de la víspera.
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