El Banco
Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) acaba de dar un buen
espaldarazo a las perspectivas económicas de Polonia, en momentos en que
la nueva administración y el nuevo presidente por un lado, y las
instituciones europeas por otro, se miran con cierta desconfianza.
El
partido conservador Ley y Justicia, del presidente Jaroslaw
Kaczynski, ganó la mayoría parlamentaria a raíz de las elecciones
de octubre de 2015 (37% de los votos a su favor) gracias a la
división interna del partido liberal. Kaczynski y su primera
ministra, Beata Szydlo, han emprendido una política con tintes
conservadores en materia de libertades, con toques sociales de
tipo populista, al tiempo que lanzan ambiciosos planes de
desarrollo económico y se proponen adoptar un perfil más acusado en
materia de seguridad.
El gobierno tiene por delante una
activa agenda internacional, que comprende la celebración en
Polonia del Consejo Atlántico, en julio próximo, y promover la
candidatura del anterior primer ministro Donald Tusk a la
presidencia del Consejo Europeo para los próximos dos años.
El
consejo de la OTAN puede ser la ocasión para una puesta a examen de la
política de defensa de Polonia, que en opinión de los críticos no
está a la altura de los desafíos presentados por Rusia, sobre todo en
relación con el apoyo diplomático y económico que Varsovia trata
de prestar a Ucrania frente a las presiones rusas.
El BERD
prevé un crecimiento de 3,6% en 2016, aunque vaticina que se
perderán dos décimas en 2017. Esa alta tasa sigue la tendencia del
2014 y 2015, con crecimientos del 3,3% y 3,5% respectivamente.
Polonia tiene un paro en torno al 10% de la mano de obra teórica,
aunque hay una numerosa población trabajadora en otros países de
la Unión.
Una economía moderadamente favorable
El
gobierno de Polonia mantiene su déficit en niveles medios de la
zona euro (3%), y soporta una deuda perfectamente llevadera si se
la compara con la de los países del Sur de Europa. Hasta ahora Polonia
había mantenido una buena valoración por parte de Standard and
Poors (A-), pero esta agencia acaba de cambiarla a BBB+,
posiblemente debido a ambiciosos planes de desarrollo del nuevo
gobierno, con previsiones de alta inversión por instituciones
públicas nacionales y extranjeras.
El vicepresidente del
gobierno, Mateusz Morawiecki, anunció, el pasado 16 de febrero, un
plan de desarrollo por un billón de zlotys ($250.000 millones) para
los próximos 25 años. El plan prevé que casi el 50% de los capitales
necesarios provendrán del área de la Unión Europea y el saldo, de
los recursos propios de Polonia.
Mazowiekci fundamentó la
oportunidad del plan en el hecho de que “el capital es en la
actualidad globalmente barato, debido a los diferentes
programas de liquidez”. El plan buscará fondos para desarrollar
las infraestructuras físicas, así como para las
infraestructuras del área de negocios, con fondos procedentes
del BERD, el Banco Europeo de Inversiones y el Plan Juncker, de $315.000
millones de fondos públicos y privados para toda la Unión.
Diversas
agencias de la administración polaca y corporaciones públicas
de crédito sumarán sus recursos para formar un nuevo Fondo de
Desarrollo, reuniendo entre zl.75.000 y zl.120.000 millones.
El
plan pretende cambiar el modelo de desarrollo, basado durante
muchos años en créditos que han acumulado una deuda que este
gobierno considera insostenible. Para lograrlo hará un esfuerzo
considerable en I+D, con el 2% del PIB.
De todas formas, el
modelo de crecimiento de Polonia le ha prestado hasta ahora buenos
servicios, puesto que la economía polaca no ha sufrido recesión,
mientras la mayoría de los países del euro han visto caer sus índices
de crecimiento y subir los del paro.
El programa económico
del gobierno, presentado en enero pasado, impone una tasa sobre los
activos bancarios y las compañías de seguros, así como tasas
extras sobre los supermercados. Esos sectores tienen una alta
participación del capital extranjero, por lo que sus quejas han
llegado a las instancias de la competencia en la Comisión Europea.
El sector bancario teme la imposición de una tasa de conversión de
la moneda, favorable al consumidor pero a su costa.
Conservadurismo y compromiso con la Alianza
Los
ingresos extras que el gobierno espera extraer tienen por fin,
aparte de financiar el plan de desarrollo, mejorar las
prestaciones sociales, como por ejemplo la inversión de €5.000
millones en subsidios libres de impuestos a unos tres millones de
familias con niños.
Estas medidas subrayan el carácter
conservador de la política introducida por el presidente
Kaczynski, como prueba que el gobierno se propone ilegalizar el
aborto.
En un sentido coincidente con otros programas
populistas europeos, el gobierno también se propone rebajar la
edad de jubilación de los trabajadores.
Según los medios
más liberales o de izquierdas, el programa conservador afecta ya a
los medios de comunicación, señalando la reestructuración en
la TV pública como principal causa de preocupación, que ha
supuesto el despido de 120 trabajadores. El presidente ha
acusado a ciertos medios de prestar su espacio “a la peor clase de
polacos”, lo que ha suscitado manifestaciones callejeras de
los periodistas en su contra.
El Consejo Atlántico de julio
será la ocasión de examinar la validez de la política de defensa
de Polonia. En principio, esa defensa necesita nuevos
planteamientos e inversiones, si quiere cumplir las
responsabilidades que recaen sobre el país, por ser el mayor de
los países orientales de la Alianza, en momentos en que las presiones
rusas sobre el Báltico y los pequeños países que se asoman a ese mar
son frecuentes.
La OTAN prepara una fuerza multinacional de 5.000
efectivos, en condiciones de efectuar un despliegue rápido desde
Polonia y otras partes. Y aunque el gobierno ha anunciado planes para
invertir en defensa el 2% del PIB, una de sus primeras medidas fue
cancelar la adquisición de 50 helicópteros de Airbus y ocho
baterías de misiles de defensa aérea. El gobierno ofrecerá la
instalación de bases de la OTAN en suelo polaco, aunque esto puede
chocar con el acuerdo informal entre la OTAN y Rusia, de no instalar
recursos militares permanentes en la vecindad de las fronteras de
ésta.
Comparados con otros países europeos, sobre todo de la
zona euro, a Polonia no parece haberle ido del todo mal en
mantenerse algo apartada de las fuertes corrientes integradoras
adoptadas por otros países.
(*) Periodista español
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