PARÍS.- La aparente unidad mostrada en
Bruselas no duró más que unas horas. Apenas anunciado el acuerdo sobre
Grecia el FMI y los europeos revelaron nuevamente sus divergencias sobre
el alivio de la monumental deuda griega.
Tras meses de
conversaciones, los países de la zona euro aceptaron en las primeras
horas del miércoles en Bruselas entregar 10.300 millones de euros para
evitar que Grecia caiga en cese de pagos. Esos fondos ya estaban
previstos en el plan de ayuda otorgado hace casi un año.
El Fondo
Monetario Internacional (FMI), que participó en las negociaciones,
aceptó ese desembolso crucial para Atenas pero hizo notar sus
desacuerdos con los europeos.
El FMI viene diciendo desde hace
meses que el plan de ayuda a Grecia es irrealista y amenaza con no
aportarle fondos propios a menos que Bruselas conceda a Grecia un
sustancial alivio de la carga de su deuda.
El FMI quiere particularmente darle a todos los pagos de Grecia un período de gracia hasta 2040.
Y
este miércoles, el FMI volvió a marcar su posición y señalar que no fue
escuchado. Los europeos solo se comprometen a aliviar la deuda desde
2018.
"No estamos en una situación en la que el FMI pueda decir
que estamos prontos para avanzar", dijo en Washington un alto
funcionario que pidió el anonimato.
Aseguró que el FMI ha hecho
cuestión de otorgarle "concesiones" a Grecia, que está en recesión desde
2008 y hace un año estuvo a un tris de ser expulsada de la UE por el
calamitoso estado de sus cuentas.
El FMI renunció así a su
exigencia de ver a los europeos comprometerse a reducir la deuda griega
que equivale a 180% de su PIB. Empero dio señales claras de que esa
renuncia no significa haber firmado un cheque en blanco.
"No
cederemos en cuanto a que necesitamos adecuadas garantías sobre el
alivio de la deuda antes de subirnos a bordo", dijo el funcionario del
FMI tras las negociaciones culminadas este miércoles en Bruselas.
Para
el FMI los objetivos planteados por los europeos son prácticamente
irrealizables; en particular la obligación de tener un superávit
primario (fuera de pagos de deuda) de 3,5% del PIB en 2018.
Si la
zona euro se vuelve más flexible sobre el deuda griega, el FMI podría
volver a desembolsar fondos propios para Grecia antes de fin de año,
dijo el funcionario del Fondo.
Primera
economía europea, Alemania volvió a hacer frente al reclamo del FMI dado
que considera que Atenas ya sea ha beneficiado de condiciones muy
favorables.
"Una madurez (de la deuda) de más de 30 años (...) si
se extiende por 20 años suplementarios, explíquenme como no es un
recorte. Así podríamos dar un período de gracia de 1.000 años", ironizó
el miércoles el ministro alemán de Finanzas Wolfgang Schaüble en
Bruselas.
"¿Saben que pasará después?", inquirió a los periodistas y respondió: "Todos los Le Pen del mundo podrán decir 'hagan caer a sus políticos, los han tomado por idiotas".
Berlin
quedó en una situación paradójica: a los alemanes les horroriza aliviar
la deuda a un país que ya recibió tres planes de rescate desde 2010,
pero, al mismo tiempo exigen que el FMI esté presente como garantía de
seriedad e intransigencia.
Ignorando las reservas del FMI,
Schaüble asegura que la participación de la entidad en el auxilio de
Grecia no está en duda. "El FMI participará en un programa de tres a
cuatro años", aseguró.
Acaso como señal de las tensiones, el
ministro se permitió lanzar un dardo sobre la ausencia en Bruselas de la
directora gerente de la entidad Christine Lagarde debido a un viaje a
Kazajistán.
"Hubiera sido útil que la directora gerente hubiese
estado presente. Indudablemente nos hubiera hecho ganar varias horas",
dijo Schaüble.
¿Cómo salir del estancamiento? Una opción que
permitiría reducir la deuda hasta un nivel políticamente menos costoso
es la de que los europeos compren títulos de deuda griega en poder del
FMI cuyos tipos de interés son mucho más altos.
Eso formaría parte de medidas "significativas" a tomar a mediano plazo, indicó el miércoles la agencia calificadora Fitch.
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