miércoles, 25 de mayo de 2016

Primeros encuentros bilaterales en Japón antes del G-7

TOKIO.- Los dirigentes de las grandes potencias, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama, comienzan las conversaciones bilaterales este miércoles en Japón, antes de la cumbre del G-7, centrada en gran parte en los desafíos de crecimiento mundial, terrorismo y migración.

Los jefes de Estado o de Gobierno de Japón, EEUU, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Canadá llegan por separado entre la noche de este miércoles y la mañana del jueves a la pequeña localidad costera de Ise Shima, en el centro del archipiélago.
Los accesos ferroviarios, terrestres y marítimos de esta turística región, agrícola y de cultivo de perlas, en las faldas de las montañas boscosas, se encuentran bajo una vigilancia policial de una envergadura poco habitual en Japón.
Barack Obama llegó a la región este miércoles por la noche, hora local, a bordo del avión presidencial Air Force One para una estancia cuyo punto fuerte será una visita a Hiroshima después de la cumbre, la primera de un presidente estadounidense en el cargo a esta ciudad, sobre la que EEUU lanzó la bomba atómica en 1945.
Obama se entrevistará con el primer ministro japonés, Shinzo Abe. Este último se reunirá igualmente con el primer ministro británico, David Cameron, que llegó también este miércoles a la región y cuyo país preocupa al G-7 a propósito del referéndum que se celebrará el 23 de junio, sobre una posible salida de la Unión Europea.
El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, deben llegar el jueves por la mañana, antes de la ceremonia de bienvenida en el inmenso Santuario de Ise, considerado como el corazón del sintoísmo, a la que seguirá una sesión sobre la economía mundial.
La debilidad del crecimiento mundial ocupará un lugar destacado entre las discusiones informales de la cumbre. Todos los países del club comentan el buen equilibrio entre la política monetaria, la política presupuestaria y las reformas económicas y sociales, pero cada uno parece cuidar de sus propios intereses.
"La prioridad del primer ministro será la de llegar a un consenso según el cual la flexibilidad es la clave en los acercamientos económicos en el seno del G-7 y en virtud del cual los diferentes países adapten su política económica en función de sus necesidades", declaró una fuente gubernamental británica que no quiso dar su nombre.
Por su parte, los llamamientos de Japón a una acción presupuestaria coordinada son recibidos fríamente por Alemania, que pide más reformas estructurales. El G-7 debe adoptar un "plan de acción" contra la financiación del terrorismo. La delegación francesa pidió una reunión suplementaria prevista el jueves sobre "la protección del patrimonio cultural frente a las agresiones terroristas".
El tema de "la migración y de los refugiados" fue añadido al orden del día "a petición de Alemania", según una fuente gubernamental germana. "No se trata de tomar decisiones concretas sino que la idea es más bien que los países del G-7 confirmen que estos temas de 'migración y refugiados' no los puede resolver un solo país", explicó la misma fuente.
El G-7 de Finanzas reconoció que "las migraciones son un fenómeno brutal, en pleno crecimiento, que va a durar (...) y que necesita una respuesta mundial", informó el sábado el ministro italiano de Finanzas, Pier Carlo Padoan.
El G-7 debería abordar otros tantos problemas, como las tensiones entre China y sus vecinos de los mares de China meridional y oriental, entre Rusia y Ucrania, la salud y el clima. Creado en los años 1970, este club, convertido en G-8 en 1997 con Rusia, perdió su peso con la llegada del G-20 al final de los años 1990, grupo integrado por los grandes países emergentes. El G-7 es un club de discusiones informales entre las potencias industriales, del que Rusia fue excluido por la anexión de Crimea en 2014.

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