LISBOA.- El expresidente de
la Comisión Europea (CE) José Manuel Durão Barroso afirmó que el ciclo
de su vida dedicado a la política terminó y que, por lo tanto, no piensa
volver a dedicarse a la política activa.
"Hay personas que piensan que voy a volver, que hacen ese cálculo, y
no es verdad (...) Hay ciclos en la vida de las personas, estuve más de
30 años en la vida política. Ese ciclo pasó", explicó en una entrevista
publicada hoy por el semanario luso "Expresso".
Durão Barroso -que presidió la institución europea entre 2004 y 2014
tras varios años como primer ministro luso (2002-2004)- relató que para
él dedicarse a la política fue un "accidente", aunque no se arrepiente
de las decisiones que tomó durante su carrera.
Una de esas decisiones fue la realización de la Cumbre de las Azores
en 2003, que desembocó en la invasión de Irak cuatro días después y a la
que acudieron el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush;
el de España, José María Aznar, y el primer ministro británico, Tony
Blair.
"Conozco las críticas. Creo que en el momento, con la información
disponible que tenía fue la posición adecuada", señaló aunque reconoce
que en la actualidad no habría tomado la misma decisión.
Tanto el entonces presidente de Portugal, Jorge Sampaio, como el
Parlamento luso concordaron con la realización de la cumbre, explicó
Durão Barroso, que todavía conserva algunos de los documentos que le
presentaron que aseguraban que había armas de destrucción masiva en
Irak.
Como presidente de la CE, Durão Barroso fue uno de los rostros de la
troika durante el programa de rescate de Portugal (2011-2014).
"El objetivo del programa de rescate fue apagar un incendio, no fue
ni podía ser resolver todos los problemas estructurales de la economía
portuguesa, que se mantienen en amplia medida. Portugal continúa a mi
parecer muy vulnerable y sería bueno que en Portugal no hubiera
ilusiones sobre eso", dijo.
En ese sentido, consideró que después de las últimas elecciones -que
dejaron en Portugal un Gobierno socialista apoyado por las fuerzas de la
izquierda radical- se agravó la desconfianza que existe en los mercados
de los principales agentes económicos internacionales.
Cuestionado sobre si le preocupa el creciente peso de entidades
españolas en la banca lusa, Durão Barroso sostuvo que la nacionalidad
del capital es "secundaria", siempre que sea en el ámbito de
funcionamiento del mercado europeo.
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