PARÍS.- La progresión de la
productividad se ha ralentizado en el grueso de los países de la OCDE
entre 2004 y 2014 con respecto a los años anteriores, con la excepción
particular de los países del sur de Europa, según los datos publicados
hoy.
La productividad creció a un ritmo anual superior al 3 % en Corea del
Sur -el país con la evolución más dinámica- en el periodo 2004-2014,
pero entre 1996 y 2004 lo había hecho a más del 5 %, según la tabla
presentada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) en un comunicado.
En Estados Unidos se pasó de una subida de casi el 2,5 % anual en
1996-2004 a poco más del 1 % en 2004-2014, mientras en Alemania se pasó
de casi el 2 % a poco menos del 1 %, una evolución todavía más acusada
en Francia, Reino Unido y los países nórdicos.
En el sur de Europa, por su parte, se constató una mejora en la
medida en que la productividad había disminuido ligeramente en el
periodo 1996-2004 y pasó a ser positiva en 2004-2014, pero a un ritmo
algo inferior al 1 % anual.
La ralentización fue particularmente marcada en los sectores donde se
esperaban los mayores dividendos por las ganancias de productividad por
innovaciones tecnológicas y por la digitalización, como la información,
la comunicación, las finanzas o los seguros.
Además, ese proceso había comenzado antes de la crisis financiera de
2008, y a pesar el aumento de la participación de las empresas en las
cadenas globales de valor, de la elevación del nivel educativo y de las
innovaciones tecnológicas.
Los autores del análisis de esas cifras señalaron que detrás de esa
paradoja hay una serie de factores como el desequilibrio en las
competencias, el debilitamiento de la inversión y el declive del
dinamismo empresarial.
Así, por ejemplo, hicieron notar que en los últimos años ha
disminuido la inversión en las tecnologías de la información y la
comunicación, en términos relativos, en muchos países como Alemania,
Suecia, Japón y Estados Unidos.
Además, en cuanto al dinamismo empresarial, ha bajado el ritmo al que
las empresas emergentes (start-up) desplazan a otras menos productivas.
La ralentización de la productividad ha tenido un impacto sobre los
salarios, en la medida en que puede exacerbar las desigualdades de
riqueza.
La OCDE precisó que el riesgo es que muchos trabajadores queden
atrapados en actividades de baja productividad con gran inseguridad
laboral, contribuyendo a un círculo vicioso.
El conocido como el "Club de los países desarrollados" recordó que la
relación entre productividad y desigualdades estará en el centro de las
discusiones de su reunión ministerial anual, que se celebra los
próximos 1 y 2 de junio en París.
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