BARCELONA.- El consejero financiero y director de Asuntos Monetarios y Mercados de
Capitales del FMI, José Viñals, ha alertado este viernes de que en el
área del euro hay demasiados bancos y demasiado débiles, ya que un 30%
de los activos (al menos 10 billones de euros) son de bancos que deben
acometer "ajustes muy difíciles en su modelo de negocio".
En una sesión sobre perspectivas económicas y financieras internacionales en la XXXII Reunión del Círculo de Economía, ha dicho que en Europa debe reducirse el número de jugadores bancarios “en procesos de consolidación preferiblemente transfronterizos” e incluso mediante procesos de resolución.
Viñals ha indicado que no se trata de un problema únicamente europeo,
ya que, según un estudio del FMI, en las economías avanzadas un 40% de la banca debe adecuarse para lograr rentabilidades suficientes, y en un 15% “la viabilidad está en riesgo”.
En China, el principal problema no es la
rentabilidad, sino el previsible aumento de la morosidad, ya que el FMI
calcula que un 14% de la deuda empresarial china corresponde a empresas
que no pueden hacer frente a su pago, por lo que puede darse un
incremento de la morosidad en los próximos años que puede alcanzar el 7%
del PIB.
En este sentido, Viñals ha considerado que es un “problema manejable”
para China, pero que se debe afrontar desde ahora porque, si no,
“podría comprometer la estabilidad financiera y el crecimiento económico
en China” y, en consecuencia, el crecimiento económico mundial.
Viñals ha reconocido que el sistema bancario internacional está en una situación mucho mejor que hace unos años en solvencia y liquidez, pero ha advertido de que los riesgos para la estabilidad financiera no solo no han disminuido, sino que han aumentado
por “las incertidumbres económicas, la incertidumbre sobre las
políticas económicas y las incertidumbres políticas y geopolíticas”.
Ha hablado de “transiciones” actuales a tener en cuenta:
la de los precios del petróleo; la economía China en desaceleración;
políticas monetarias; comportamiento económico débil de la UE y Japón;
adaptación del sector financiero a la revolución tecnológica, y las
transiciones políticas, que tienen que ver con algunos procesos de
consulta, como el referéndum británico, el calendario electoral
internacional este año y el próximo, y otros retos geopolíticos ligados a
los refugiados y los riesgos para la seguridad que suponen las amenazas
terroristas.
Ha dicho que todas estas transiciones son muy importantes porque
inciden en la confianza, que no ve todavía suficientemente sólida, y eso
está influyendo en la recuperación económica, que es “modesta, desigual
y sujeta a riesgos considerables a la baja”.
También ha explicado que la economía internacional corre el peligro
de caer en tasas de crecimiento muy mediocres, y eso es un coste que los
ciudadanos no se pueden permitir tras la mayor crisis económica vivida
en casi un siglo.
“Las políticas económicas tienen que actuar. Las políticas monetarias
llevan todo el peso, mientras que las de reformas estructurales,
fiscales y financieras no están haciendo lo suficiente; deben hacerlo
para mejorar el crecimiento económico y del empleo de calidad”, ha
dicho.
El catedrático de Economía de Harvard, Pol Antrás, ha hecho referencia a
la tendencia de desaceleración del comercio mundial, y augura que no
volverán las tasas de crecimiento de los intercambios internacionales
muy superiores al avance del PIB de antes de la crisis porque no eran
sostenibles a largo plazo, aunque tampoco ve normales las tasas actuales
inferiores al avance del PIB.
La XXXII Reunión del Círculo de Economía ahonda desde el jueves hasta
el mediodía de este sábado sobre los retos del siglo XXI para empresa,
política y sociedad con el apoyo de CaixaBank, KPMG e Indra.
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