domingo, 8 de mayo de 2016

La eurozona, en busca de un acuerdo para evitar una nueva crisis griega

BRUSELAS.- Los ministros de Finanzas de la eurozona volverán a debatir sobre Grecia mañana lunes en Bruselas para intentar encontrar un difícil acuerdo sobre las reformas y la ayuda financiera al país, y así evitar una nueva crisis.

Esta reunión extraordinaria tendrá lugar cuando las reformas exigidas a cambio de la ayuda financiera acordada en el verano de 2015 todavía no han recibido el visto bueno de los acreedores (Unión Europea y Fondo Monetario Internacional) tras diez meses de negociaciones, lo que bloquea la entrega de más ayudas.
Grecia ha "alcanzado prácticamente" los objetivos de las reformas exigidas por sus acreedores, estimó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una entrevista publicada el domingo en varios diarios alemanes.
Los 19 ministros de Finanzas del Eurogrupo también debatirán, presionados por el FMI, cómo aligerar la abismal deuda griega (de alrededor del 180% del PIB). La institución monetaria internacional hace de esto una condición para participar en el programa de ayudas.
Juncker, que confirmó que el Eurogrupo abordará el tema de la deuda, recordó que una reducción pura y simple de ésta no está en el orden del día.
Grecia, cuyo Parlamento debe aprobar el domingo tras 48 horas de huelga general dos medidas clave de este tercer plan de ayuda de 86.000 millones de euros -reforma de las pensiones y de los impuestos- necesita una acuerdo de la eurozona para acceder a nuevos fondos.
El país ha recibido hasta el momento 21.400 millones de euros y debe pagar 2.300 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE) el 20 de julio. El sábado, el ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, advirtió a sus homólogos europeos de "una nueva crisis griega", en una carta.
En el escrito, Tsakalotos exhorta al Eurogrupo a dar su aprobación para las reformas propuestas, "lo que ayudaría al país [a recobrar] la confianza de los inversores y la recuperación" e indicaría que "Grecia ha pasado página y que el país ya no está en riesgo, ¡por fin!".
Sin embargo, las divergencias siguen siendo profundas, agravadas por las diferencias de opinión entre la UE y el FMI sobre cómo hacer que Grecia consiga alcanzar el objetivo de superávit primario (antes del pago de los intereses de la deuda) limitado al 3,5% del PIB en 2018.
El FMI considera que este objetivo es demasiado ambicioso, salvo si se votan desde ahora medidas de austeridad suplementarias.
Atenas promete que cumplirá con el compromiso y prefiere garantizar que, si no lo consigue, se aplicarán automáticamente nuevos recortes en el gasto público.
"No es muy creíble", ni tampoco "deseable" pues esto pondría en peligro todavía más un servicio público ya debilitado, consideró la directora del FMI, Christine Lagarde, en una carta dirigida al Eurogrupo. Por su parte, Grecia parece dar por sentado el apoyo de las instituciones europeas a su "mecanismo automático permanente de corrección de las finanzas públicas".
"No veo por qué un mecanismo así, asociado a un paquete de reformas [ya comprometidas], no sería más que suficiente" para abrir la vía al desbloqueo de más ayudas, reivindicó Tsakalotos en su misiva.
Con el apoyo de su homólogo francés Michel Sapin, el ministro griego rechazó en bloque las peticiones del FMI el pasado abril, que instaba al Parlamento griego a aplicar nuevas medidas de ahorro de 3.000 millones de euros suplementarios.
El FMI, en cambio, presionó en la dirección del gobierno de izquierda de Alexis Tsipras, consiguiendo de los acreedores el inicio del debate sobre el aligeramiento de la deuda, reclamado por Atenas.
La semana pasada, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aseguró que no veía "ninguna razón" para temer "un escenario de crisis" comparable al de 2015, cuando Grecia rozó la salida de la zona euro. "Este año no tendremos una gran crisis griega", apuntó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Según el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el 3 de mayo, los dirigentes de la UE desean cerrar un acuerdo sobre Grecia "muy rápidamente".
Con el miedo a una posible salida del Reino Unido de la UE (un 'Brexit') como telón de fondo, los mandatarios quieren zanjar la negociación griega antes de la votación sobre la permanencia de los británicos en la Unión, el 23 de junio.

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