PARÍS.- El primer ministro
francés, Manuel Valls, acusó hoy a los organizadores de las protestas
contra su reforma laboral de "atacar los intereses económicos de
Francia", al tiempo que consideró "inaceptable" que bloqueen centros
petroleros y puertos para agotar el carburante en las gasolineras.
Valls dijo en el Senado que el Gobierno "respetará siempre" el
derecho a la huelga y a manifestarse, pero no a organizar bloqueos que
impiden ir a trabajar o la libertad de circulación, y afirmó que como se
viene haciendo desde el viernes, las fuerzas del orden seguirán
levantándolos.
"No dudaré en utilizar todos los medios que da el Estado de derecho",
señaló antes de criticar a la Confederación General del Trabajo (CGT)
que lidera las movilizaciones, de la que dijo que es "una organización
minoritaria" que "no ha conseguido con manifestaciones lo que pretendía,
hacer plegar al Gobierno".
El primer ministro socialista reiteró que, en contra de lo que exige
la CGT, "no se retirará" el proyecto de ley de reforma laboral porque
"es una reforma necesaria" que ofrece "un avance de los derechos
sociales" y se ha "construido con los sindicatos reformistas".
No obstante, Valls admitió la posibilidad de introducir algún cambio sin modificar "la filosofía general del texto".
Poco antes, el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, que
participaba en París en la manifestación contra la proposición de ley
que se está tramitando en el Parlamento, reiteró su reclamación de que
el Ejecutivo la retire porque en caso contrario va a "continuar la
movilización".
Martínez, que ironizó sobre las disonancias en el Gobierno y en el
Partido Socialista al que pertenece Valls, sobre la posibilidad de
modificar el artículo central del proyecto de ley -el que da la primacía
a los acuerdos dentro de la empresa sobre los convenios colectivos-,
aseguró que "la opinión pública dice que hay que cambiar de política".
Eso significa, añadió, "que la política del Gobierno sea conforme con
lo que prometió el presidente de la República (François Hollande)
cuando era candidato".
En las manifestaciones convocadas este día contra esa polémica
reforma laboral se registraron nuevos actos de violencia, con
enfrentamientos entre radicales y fuerzas del orden.
En París, cerca de una hora después de que se iniciara el recorrido,
los altercados comenzaron cuando manifestantes encapuchados se apartaron
de la ruta oficial, en la plaza de Bastilla, y la emprendieron contra
vitrinas y vehículos.
Cerca de un centenar de radicales, según los medios franceses,
volcaron contenedores de basura y lanzaron botellas contra los agentes,
que respondieron con gases lacrimógenos.
En el municipio de Fos-sur-Mer, en el sur del país, un manifestante
de 51 años resultó herido grave tras haber sido atropellado por un coche
que forzó una barrera instalada en una rotonda, y que posteriormente se
dio a la fuga.
La de hoy es la octava jornada de movilización en más de dos meses y
llega precedida de una fuerte acción sindical esta semana, con bloqueos
de centros industriales, en particular plantas petrolíferas y centrales
nucleares, y en infraestructuras
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