jueves, 16 de junio de 2016

Draghi, el único con ideas para evitar el colapso del sistema financiero / José Hervás *

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha vuelto a dar una lección a los políticos, tanto de las instituciones comunitarias como de los países miembros de la Unión Europea, sobre cómo se debe actuar de cara a los eventuales problemas que planteará el Brexit.

Pese al di­fícil mo­mento de los mer­ca­dos, de los po­lí­ticos y de las ins­ti­tu­cio­nes, solo hemos oído decir que se re­unirán el día des­pués de la ce­le­bra­ción del re­fe­rendo para ana­lizar lo su­ce­dido. A los po­lí­ticos na­cio­nales lo único que se les oye es pedir pru­dencia y tratar de tran­qui­lizar los áni­mos, pero es una oca­sión que exige más que pa­la­bras.

Y a pesar del re­punte téc­nico que se ha pro­du­cido este miér­co­les, los in­ver­sores en los 10 prin­ci­pales mer­cados eu­ro­peos, han visto dis­mi­nuir su ri­queza en los cuatro días pre­vios unos 400.000 mi­llones de eu­ros. Solo en España la pér­dida suma unos 46.000 mi­llo­nes.

La inac­ción de los po­lí­ticos eu­ro­peos está siendo cri­ti­cada de forma ge­ne­ra­li­zada, no solo en los me­dios fi­nan­cieros sino en los grandes dia­rios de di­fu­sión mun­dial, como hace este mismo jueves el New York Times en el ar­tículo en el que se pre­gunta si los mer­cados no han sido de­ma­siado con­des­cen­dientes con la si­tua­ción de la eco­nomía glo­bal.

Ante la pa­ra­li­za­ción del resto de las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias, ha ha­bido una clara ex­cep­ción. Y de nuevo, ha sido Mario Draghi el único que ha dado mues­tras de una sen­si­bi­lidad po­lí­tica des­co­no­cida en el resto de lí­deres eu­ro­peos.

El Banco Central Europeo ha con­fir­mado que está dis­puesto a ac­tuar de forma con­junta con el Banco de Inglaterra para prestar todo el apoyo que ne­ce­siten los mer­cados en caso de que Reino Unido vo­tara a favor de aban­donar la Unión Europea (UE) en el re­fe­réndum del pró­ximo 23 de ju­nio.

El ob­je­tivo es claro, apun­talar la con­fianza per­dida de los in­ver­sores eu­ro­peos y tratar de calmar los ner­vios de los mer­ca­dos.

El pro­grama pre­pa­rado por el pre­si­dente de la ins­ti­tu­ción, que in­cluye la aper­tura de lí­neas swap con el Banco de Inglaterra para todo el in­ter­cambio de li­bras y euros que re­sulte ne­ce­sa­rio, de­bería per­mitir la fi­nan­cia­ción ili­mi­tada en ambas mo­ne­das.

Aunque este pro­ce­di­miento no se ha uti­li­zado hasta ahora entre el euro y la li­bra, los ex­pertos re­cuerdan que Estados Unidos re­cibió una ayuda si­milar por parte de sus so­cios con oca­sión de los aten­tados del 11-S del 2001.

No se des­carta entre al­gunos ex­pertos y ana­listas que Mario Draghi op­tara tam­bién por au­mentar el ritmo de la compra de bonos y hasta en­tregar di­nero di­rec­ta­mente a los ciu­da­da­nos.

El in­con­ve­niente prin­cipal de estas úl­timas me­didas ex­tra­or­di­na­rias es que po­dría es­ti­mular el sen­ti­miento anti Unión Europea en los prin­ci­pales países con­tri­bu­yentes netos a las arcas de la Unión.

Pese a la gra­vedad de las caídas de las co­ti­za­cio­nes, hay quien piensa que tam­bién puede tener un lado bueno como es el de hacer reac­cionar a los po­lí­ticos co­mu­ni­ta­rios para que re­fle­xiones sobre cómo está plan­teada la Unión Europea y si ha­bría que darle un cambio ra­di­cal. Pérdidas de 400.000 mi­llones por el solo temor del Brexit lo jus­ti­fi­can.


(*) Periodista español

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