WASHINGTON.- La economía
estadounidense creció a un ritmo anual del 1,1 % en el primer trimestre
de 2016, el doble de lo estimado en un principio, gracias a un menor
freno del comercio exterior aunque el gasto de los consumidores parece
haberse ralentizado.
Según el tercer y definitivo dato del Producto Interior Bruto (PIB)
de EE.UU. divulgado hoy por el Departamento de Comercio, esta tasa
anualizada del 1,1 % supone duplicar la apuntada del 0,5 % del primer
cálculo anunciado en abril pasado.
En su segundo cálculo, la revisión lo había situado en el 0,8 %.
Pese al mejor comportamiento de las exportaciones, que crecieron un
0,3 % frente a la caída del 2 % estimada previamente, el consumo, que en
EE.UU. supone casi dos tercios de la economía, parece haberse
ralentizado.
En el primer trimestre del año el gasto de los consumidores creció a
un ritmo anual del 1,5 %, por debajo del 1,8 % calculado anteriormente, y
supone el menor registrado en los dos últimos años.
"El fuerte crecimiento en la inversión residencial impulsó el alza
del PIB, pero la debilidad en la inversión empresarial -exacerbada por
la baja demanda extranjera y los precios del petróleo- pesaron sobre el
crecimiento", subrayó Jason Furman, director del Consejo de Asesores
Económicos de la Casa Blanca, tras conocerse el dato.
En los últimos años se ha consolidado la tendencia en la economía
estadounidense de iniciar el año con un crecimiento más frágil, para ir
ganando tracción a lo largo de los meses.
Las previsiones sobre el crecimiento en el segundo trimestre de 2016,
cuyo primer cálculo se conocerá a finales de julio, apuntan a una
expansión anualizada de entre el 2,5 % y el 3 %.
En este sentido se expresó la pasada semana ante el Congreso la
presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, al señalar que
"los indicadores avanzados muestran un notable alza en el crecimiento
del PIB en el segundo trimestre".
"En concreto, el gasto de los consumidores ha repuntado
recientemente, apoyado por una sólida alza de los ingresos reales
disponibles (...) y la vivienda ha continuado recuperándose
gradualmente, ayudada por las ganancias en los ingresos y los muy bajos
niveles de las tasas hipotecarias".
Pese a su optimista tono, el banco central estadounidense rebajó este
mes sus previsiones de crecimiento anual, que dejó en un 2 % para este
año, frente al 2,2 % previsto tres meses atrás.
Y, debido a la creciente incertidumbre global, la Fed ha aplazado en
varias ocasiones la anticipada subida de los tipos de interés de
referencia en EE.UU., actualmente entre el 0,25 % y el 0,50 %.
A este sombrío panorama externo, se ha añadido la reciente decisión
de los británicos de apoyar la salida del Reino Unido de la Unión
Europea (UE), algo que ha alimentado aún más la volatilidad financiera
internacional y disparado la apreciación del dólar.
Furman advirtió que en el futuro inmediato "la mayor incertidumbre,
incluida la que respecta a las consecuencias de la salida de los
británicos de la UE, remarca la importancia de adoptar medidas políticas
proactivas para fortalecer la economía estadounidense".
Los mercados ya han descartado una subida de tipos por parte de la Fed hasta al menos finales de año.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció que la
economía estadounidense se verá afectada de algún modo por el llamado
"brexit", aunque descartó que pudiese provocar una recesión.
El principal temor es que la apreciación del dólar observada desde el
viernes contribuya en un contexto de debilidad global a desalentar aún
más la compra de productos estadounidenses en el extranjero al hacerlos
más caros, lo que supone un importante peso para las empresas
estadounidenses.
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