BERLÍN.- Los líderes de la Unión Europea pedirán este martes "claridad" a su
colega británico, David Cameron, sobre cuáles son sus planes para
conducir la salida de Reino Unido del club comunitario, y lo harán
avisando de que, aunque son conscientes de la dificultad de iniciar el
proceso de inmediato, no habrá "ningún tipo de negociación" sobre el
futuro de las relaciones mientras no se active el proceso formal de
divorcio.
Esta es la postura que este lunes en Berlín ha defendido la canciller de Alemania, Angela Merkel, junto al presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en el marco de un encuentro trilateral para analizar las consecuencias del denominado ‘Brexit‘.
La canciller alemana afirmó este lunes que no
puede haber ningún tipo de contacto con Londres sobre la salida de
Reino Unido de la UE hasta que el Gobierno británico no comunique
oficialmente a Bruselas su deseo de abandonar la UE. “Estamos
de acuerdo” los tres, recalcó Merkel, en que no puede haber ninguna
negociación “formal o informal” con Londres hasta que Reino Unido no
invoque el artículo 50 del Tratado de Lisboa, el que detalla cómo es el
proceso de salida y que sólo puede poner en marcha el país afectado.
Por su parte, François Hollande abogó por “no perder el tiempo” en la tramitación del “Brexit” porque “nada es peor que la incertidumbre” y la incertidumbre pueden derivar en comportamientos políticos y financieros “irracionales”.
En opinión de los tres mandatarios, tampoco hay que perder el tiempo
en la construcción europea a 27 con prioridades y medidas concretas
centradas en la seguridad y la defensa, la protección de las fronteras y
la lucha contra el terrorismo, el crecimiento y el empleo y los
jóvenes.
Los dirigentes de la Unión Europea temen que la incertidumbre pase factura al proyecto europeo y alimente el “efecto contagio” en otros movimientos euroescépticos del continente, dañando los intereses comunes y su peso en la negociación.
Todo ello los discutirán los líderes con Cameron en una cena el martes, tras la sesión formal en la que hablarán cuestiones dispares como la inmigración y política exterior y defensa.
Tras escuchar la exposición del ‘premier’ británico y analizar a
Veintiocho la situación, los líderes europeos protagonizarán un día
después, el miércoles, la primera cumbre a Veintisiete, sin la presencia de Reino Unido.
Se trata de un desayuno “informal” que podrá alargarse hasta el mediodía y que pretende escenificar la fortaleza de la Unión pese a la salida de uno de sus Estados miembros. También servirá para analizar las razones de la desafección de los europeos y se busca el modo de reconducir las políticas comunes “hacia lo esencial y no hacia la dispersión”.
Se trata de un desayuno “informal” que podrá alargarse hasta el mediodía y que pretende escenificar la fortaleza de la Unión pese a la salida de uno de sus Estados miembros. También servirá para analizar las razones de la desafección de los europeos y se busca el modo de reconducir las políticas comunes “hacia lo esencial y no hacia la dispersión”.
Los gobiernos también aspiran a iniciar en ese momento un
reflexión más amplia sobre cuál debe ser el futuro de la Unión Europea y
la conveniencia de avanzar hacia una mayor integración, rechazada por Reino Unido y otros sectores euroescépticos con peso en varios Estados miembros.
No se esperan conclusiones de calado en esta discusión, porque supone
el inicio de un debate que ya encuentra diferencias sobre si el camino
debe ser hacia “más” o “menos Europa”, aunque fuentes diplomáticas
ironizan con fórmulas que apelen a una “mejor Europa” para disimular
estas divergencias de salida.
Tusk, que en las últimas horas ha viajado a París y Berlín y ha
conversado con Cameron para tratar avanzar en la ‘hoja de ruta’, también
se verá en bilateral en momentos previos a la cumbre del martes con
otros dirigentes como el presidente del Gobierno en funciones, Mariano
Rajoy, o el primer ministro checo y presidente del grupo de Visegrado,
Bohuslav Sobotka.
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