BRUSELAS.- El primer ministro
italiano, Matteo Renzi, aseguró hoy que no ha pedido cambiar las reglas
comunitarias sobre ayudas de Estado para poder llevar a cabo una
inyección de ayuda pública en las entidades más frágiles de la banca
italiana, y aseguró que ya hay instrumentos para proteger a los
depositantes.
"Debo confirmar esto que se ha dicho, en el sentido de que ninguno
queremos cambiar las reglas", aseguró Renzi durante una rueda de prensa
celebrada al término del primer encuentro de líderes europeos a
Veintisiete, sin la presencia del "premier" británico, David Cameron.
Renzi hizo estas declaraciones después de que la canciller alemana,
Angela Merkel, avisara de que no se pueden cambiar las reglas de manera
tan frecuente y que éstas ya son "suficientemente flexibles para
responder a las especificidades de países individuales".
Además, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude
Juncker, confirmó esta madrugada que había tratado la cuestión con Renzi
y dijo que Bruselas "hará todo lo posible para evitar cualquier tipo de
pánico bancario", una mención que no ha gustado en el país.
"Mi mensaje es que no hay riesgo para el dinero de los ciudadanos",
recalcó por su parte Renzi, a la vez que aseguró que hay "instrumentos
para poder llegar a este objetivo sin modificar las reglas".
Italia contempla un nuevo programa de ayuda a los sectores más
frágiles de su banca, con el que el Gobierno liderado por Renzi pretende
inyectar unos 40.000 millones de euros de fondos públicos en las
entidades para evitar que los prestamistas poco capitalizados sufran
pérdidas, según el diario británico "Financial Times".
Sin embargo, las normas europeas de ayudas estatales establecen
condiciones estrictas para este tipo de operaciones, de modo que si se
quieren inyectar fondos públicos, las perdidas deben ser compartidas
también por los accionistas de las entidades.
Para evitar esto y que se produzca un pánico bancario, Renzi pretende
que se declare que la situación creada tras el voto británico a favor
del "brexit" sea considerada una situación excepcional que pone en
riesgo el sistema financiero, para que se le conceda el margen necesario
para la inyección de fondos públicos sin imponer pérdidas a los
accionistas, siempre según Financial Times.
No obstante, el primer ministro italiano insistió en que "las
cuestiones bancarias no estaban en el orden del día, porque no hay esta
petición de cambiar las reglas".
Un portavoz de la Comisión Europea (CE) explicó que la
institución mantiene "contacto cercano y regular con Italia dentro de
sus intercambios normales", pero se negó a comentar en las
"especulaciones sobre cualquier medida específica", en referencia a la
posible inyección de fondos públicos en la banca italiana.
Renzi afirmó también que Italia ha "perdido la ocasión de intervenir
estructuralmente como lo hizo Alemania en torno a 2010 o 2011 con una
inyección de 247 millones de euros para salvar sus bancos" y achacó esa
decisión a sus predecesores que decidieron "no hacerlo cuando se podía
hacer".
"No se puede hacer ahora, que las reglas son diferentes. Nosotros no
hemos pedido nunca modificar las reglas, lo que es absolutamente cierto
es que en la situación en la que estamos, si hubieran problemas,
estaríamos en las condiciones con las reglas actuales de proteger el
dinero de los depositantes y de los ciudadanos", insistió.
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