LONDRES.- Los sindicatos británicos pidieron
finalmente el voto a favor de la Unión Europea (UE) tras llegar a la
conclusión de que es un mal menor comparado con la ola neoliberal que
sucedería a la salida.
Los representantes de los trabajadores se
han hecho oír poco estos últimos meses en el debate en la campaña del
referéndum del 23 de junio, al contrario que las grandes empresas, que
en su mayoría defienden seguir en la UE.
"El sueño de una Europa
social que tantos sindicatos acariciaron parece difícil de conseguir",
escribió Philip Whyman, profesor de economía en la Universidad Central
Lancashire, en un artículo universitario en el que explica las dudas de
los sindicatos a la hora de implicarse. "Las medidas tomadas por la UE
en la crisis del euro fueron en la dirección contraria", añadió, en
referencia a la "austeridad impuesta" a los países del sur de Europa.
Además,
la libre circulación de los europeos incomoda a una parte de los
trabajadores británicos, que ven cómo los empresarios contratan por
menos dinero a inmigrantes del este de Europa.
Sin embargo, a poco
más de dos semanas para el referéndum, diez grandes sindicatos
británicos afiliados al TUC, el Congreso de Sindicatos, la gran
confederación sindical británica, rompieron una lanza a favor de la UE y
pidieron el voto a favor de la permanencia a sus millones de afiliados.
"Después
de muchos debates y deliberaciones, creemos que las ventajas sociales y
culturales de permanecer en la UE superan de largo a las ventajas de
salir", dijeron los líderes de los diez sindicatos en una carta
publicada en el diario The Guardian.
El TUC reúne a 57 sindicatos
con unos 6 millones de afiliados. De ellos, los sindicatos que defienden
la permanencia en la UE reúnen a 4 millones de afiliados. Del resto, 2
millones de afiliados pertenecen a sindicatos neutrales y sólo unos
100.000 pertenecen a una organización que defiende la salida, según un
portavoz del TUC.
Uno
de los sindicatos que defiende el 'lexit' (por 'Left exit', es decir
'salida de izquierdas'), es el RMT, implantado en los transportes. Según
su antiguo presidente, Alex Gordon, la UE no ofrece ninguna perspectiva
social y, además, la salida podría acabar con el gobierno del primer
ministro conservador David Cameron.
"Entonces haremos campaña para
que (el laborista) Jeremy Corbyn logre la mayoría y dirija el nuevo
Gobierno", pronosticó en un reciente debate entre sindicalistas
partidarios y opuestos a la UE celebrado en el King's College de
Londres.
Sin embargo, Dave Prentis, secretario general del
sindicato Unison, estimó que no existen garantías de un triunfo de la
izquierda en unas elecciones posteriores al 'brexit'.
"Lo que el
Reino Unido transmitió a la UE es la enfermedad de las privatizaciones.
Los contratos de cero horas son británicos, no europeos. Las
desregulaciones se impondrán más rápidamente si abandonamos la UE",
argumentó en el mismo debate.
Falta por ver si esta defensa un
poco tardía de la UE servirá para convencer y movilizar a los votantes
del Partido Laborista, proeuropeo y tradicionalmente vinculado a los
sindicatos. Una tarea que puede verse complicada por la actitud discreta
que ha adoptado el líder laborista Jeremy Corbyn, que no demuestra un
europeísmo desbordante.
Unos obreros siderúrgicos parecían divididos entre la UE y la indecisión. "Los dos
campos afirman que perderemos el trabajo si gana el otro. ¿Qué podemos
hacer?", se preguntó uno de ellos, Terry Hanby, de 34 años.
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