lunes, 13 de junio de 2016

Italia, crisis bancaria / Primo González *

En torno a un 7% ha perdido el Ibex 35 en unos pocos días, desde mediados de la semana pasada. Este retroceso es más de la mitad de lo que ha retrocedido en lo que va de año. La confluencia de factores adversos no hace más que sumar contratiempos, aunque casi todos son viejos conocidos. Lo que pasa es que se han hecho presentes en el análisis y el diagnóstico de inversores y analistas, lo que ha multiplicado el impacto negativo. Las dos consultas políticas de las próximas semanas, en especial la votación en Reino Unido para seguir o abandonar la UE, están alterando los nervios de los inversores.

De todas las percepciones negativas que están tomando en consideración los inversores hay una que quizás ha tomado la delantera en los últimos días y que este lunes ha tenido un protagonismo especial con la decisión de las autoridades italianas de suspender la cotización de algunos de sus mayores bancos ante el hundimiento de sus cotizaciones. Lo de Italia ha reavivado el asunto de la difícil salida que los expertos ven al sector bancario si no se toman medidas enérgicas en breve plazo. Se están acelerando las búsquedas de soluciones, lo que conlleva casi de forma automática e inevitable a un proceso de fusiones, que algunos directivos del sector han visto con excesiva calma pero que se empieza ahora a constatar que se trata de una reacción bastante más urgente y necesaria de lo que se preveía.

El sector financiero sufre un acoso simultáneo desde varios frentes y no sólo es el asunto de los tipos de interés bajos o negativos lo que inquieta, sino otros aspectos del negocio como la meteórica entrada en escena de nuevos métodos para hacer banca, inevitablemente de la mano de las nuevas tecnologías. Las operadoras de telecomunicaciones están tomando posiciones estratégicas cada vez más agresivas para invadir el territorio de la actividad financiera orientada al cliente particular. 

 Los bancos tiene que reaccionar a estos nuevos desafíos de invasión de su negocio, en algunos casos tomando la iniciativa y en otros, o simultáneamente, ajustando sus costes a la baja, porque el método tradicional y clásico de prestar servicios bancarios está en crisis abierta y acelerada. El ajuste de los bancos a las nuevas condiciones de mercado va a tener altos costes de adaptación. Las empresas de telefonía y las entidades bancarias van a protagonizar fusiones que en algunos casos pueden llegar a ser de carácter transversal, es decir, entre entidades financieras y otras del sector tecnológico.

La decisión bastante efectista de la Bolsa de Milán, que este lunes ha suspendido la contratación de algunos de los mayores bancos del país a causa del desplome de sus cotizaciones, es un duro golpe a la imagen del sector a escala europea. Los bancos están en situación difícil debido a las fuertes distorsiones que afectan al negocio, sobre todo los bajos tipos de interés. La banca, sin márgenes, pierde la mayor parte de sus expectativas de beneficio. Los bancos españoles lo están reflejando en sus cotizaciones. Algunos de los más importantes de los que integran el Ibex 35 pierden en lo que va de año en torno o más del 30% de su valor bursátil. Entre los dos grandes, las cosas no están tan mal pero casi, con caídas por encima del 15%.

Lo de los bancos se suma a otros asuntos posiblemente más graves, como la consulta británica, en la que se juega el futuro de Europa, que no es poca cosa. Todo ello junto, con añadidos como el incierto futuro de las políticas monetarias y de los tipos de interés se añade a la incierta gobernabilidad españolas tras las inminentes elecciones. Todo un rompecabezas en el que cada vez resulta más difícil mantener la cabeza fría y las ideas de inversión claras.


(*) Periodista y economista español


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