PARÍS.- El secretario
general de la CGT, Philippe Martínez, líder de las protestas contra la
reforma laboral del Gobierno francés, cargó hoy contra el primer
ministro, Manuel Valls, al que acusó de "echar leña al fuego" en el
conflicto, y pidió la intervención del presidente el país, Françoois
Hollande.
"Cada vez que se intentan calmar las cosas, el primer ministro echa
leña al fuego", se quejó Martínez en una entrevista radiotelevisada por
"RMC" y "BFM TV" coincidiendo con una nueva jornada de manifestaciones
envuelta en la polémica tras la prohibición ayer durante unas horas de
la marcha de París.
"Cada vez que se abre una puerta él la cierra", dijo el secretario
general de la Confederación General del Trabajo (CGT, en referencia a
Valls.
Recordó que desde el pasado 20 de mayo, las organizaciones que se
oponen a la reforma laboral han pedido a Hollande que los reciba, "sin
respuesta", e insistió en que lo que quieren es "que tome las cartas en
mano".
Denunció que Valls "está en una postura que supera ampliamente el
marco de la reforma laboral", que pasa por "denigrar a los sindicatos",
en particular al acusar a algunos de sus militantes de participar en los
actos violentos que se han producido con ocasión de las manifestaciones
de protesta que se organizan desde hace tres meses y medio contra el
proyecto de ley de reforma laboral.
A ese respecto, Martínez insistió en que sus servicios de orden "se
enfrentan con los violentos" que se cuelan en los desfiles y condenan
"firmemente" los incidentes que generan porque cuando actúan al final de
lo que se habla es de esos altercados y no del asunto de fondo, el
proyecto de ley al que quieren cambiar "la columna vertebral".
A juicio del líder de la CGT, lo que pretende el primer ministro es
"desviar la atención" para que no se hable de ese texto que se está
tramitando actualmente en el Senado y que "va a generar 'dumping'
social".
Martínez explicó las negociaciones en las que participó ayer con el
ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, para que se autorizara una
manifestación en París, después de que a primera hora de la mañana la
prefectura hubiera anunciado su prohibición por razones de seguridad,
para que no se repitieran las algaradas en particular como las del
pasado día 14.
Finalmente Cazeneuve propuso un itinerario reducido (con salida y
llegada en la plaza de la Bastilla), que es el que se va a realizar esta
tarde con un fuerte dispositivo de seguridad formado por 2.000 agentes y
un servicio de orden reforzado de los sindicatos, que esperan reunir a
decenas de miles de personas.
El secretario general de la CGT reiteró que siguen "determinados"
contra el proyecto de ley de reforma laboral, y afirmó que "sigue
habiendo un 70 % de los franceses" que les apoyan.
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