LONDRES.- Después de haber conseguido un acuerdo con sus homólogos europeos para
reforzar el estatus especial del Reino Unido, David Cameron anuncia el
20 de febrero que el referéndum sobre la permanencia o salida de la UE
tendrá lugar mañana 23 de junio. Cameron defiende la permanencia
y obtiene el apoyo de la ministra del Interior, Theresa May, una
destacada euroescéptica.
En cambio, otros ministros se decantan por el
Brexit, entre ellos Michael Gove (Justicia) y Iain Duncan Smith
(Empleo). El exalcalde de Londres, el carismático diputado conservador
Boris Johnson, anuncia que también hará campaña por la salida del Reino
Unido de la UE.
Tras mucho tiempo sin pronunciarse, el líder del partido laborista
Jeremy Corbin pide el 14 de abril a los británicos que voten a favor de
la permanencia dentro de la Unión, "imperfecta", cierto, pero
"protectora". El 22 de abril, Barack Obama entra también en la batalla haciendo en Londres un vibrante alegato a favor de la permanencia.
El presidente estadounidense amenaza al Reino Unido con "pasar al
último lugar" en las relaciones comerciales con Estados Unidos si votan
por abandonar la UE.
A finales de mayo, la tensión aumenta entre los dos campos.
Convertido en líder de los euroescépticos, Boris Johnson compara los
proyectos de la UE con los de Adolf Hitler. David
Cameron esgrime el riesgo de una tercera guerra mundial y asegura que
un Brexit haría felices a los yihadistas del grupo Estado Islámico. El
primer ministro sella un pacto con el nuevo alcalde laborista de
Londres Sadiq Kahn para defender la permanencia, pese al cruce de
desagradables declaraciones durante la campaña de las municipales.
Las grandes instituciones nacionales e internacionales decretan la
alerta general y multiplican las advertencias contra un Brexit. El Banco de Inglaterra menciona la posibilidad de una "recesión técnica".
El FMI previene de un "importante riesgo para la economía mundial". Las
grandes instituciones financieras de los países del G7 temen un
"shock". Dos semanas antes del referéndum, una serie de sondeos anuncian
una victoria del Brexit y The Sun, el diario más vendido del Reino
Unido, se pronuncia a favor de la salida de la UE.
David Cameron amenaza al país con una severa austeridad, provocando
la ira del campo pro Brexit que le acusa de haber preparado un
presupuesto de "castigo". Bajo una gran presión, los mercados
financieros comienzan a ceder, mientras que las instituciones
financieras del mundo entero dicen estar preparándose para "cualquier
eventualidad". Alemania y Francia advierten de un riesgo de "desintegración de la UE". "Es difícil ser optimista" con los resultados de las encuestas, considera el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk.
El 16 de junio, un militante de extrema derecha asesina en plena calle a la diputada laborista Jo Cox, favorable a la UE.
La campaña se suspende durante tres días. En su primera comparecencia
ante la justicia, el presunto aesino exclama "muerte a los traidores,
libertad para el Reino Unido". El drama provoca un giro en la campaña.
La opción de quedarse en la UE gana terreno frente a los partidarios del
Brexit. Una exsecretaria de Estado de Asuntos Exteriores, la
conservadora Sayeeda Warsi, abandona el campo del Brexit diciendo que
estaba asqueada por una campaña anti UE que aviva "el odio y la
xenofobia".
Este miércoles 23 de junio la diputada laborista Yvette Cooper, ha denunciado a la policía haber recibido un tuit amenazándola con matar a sus hijos y nietos. Otro
hecho que ha aumentado las tensiones un día antes del referendum
europeo. En las encuestas publicadas el último martes los partidarios
del "In" y del "Out" están cabeza a cabeza. El campo del Brexit reúne
nuevos apoyos (David Beckham, George Soros...) y Cameron pide a los
británicos pensar "en los sueños y esperanzas de (sus) hijos y nietos".
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