LISBOA.- El Gobierno
portugués transmitió a los técnicos de la troika que mantiene su
compromiso de reducir el déficit público para dejarlo por debajo del 3
%, y aplicará de forma "rigurosa" el Presupuesto de 2016 con este
propósito.
Así lo informó hoy el Ejecutivo luso en un comunicado después de
recibir la cuarta visita de los representantes de la Comisión Europea,
el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional desde que
cerrara con éxito su rescate financiero hace dos años.
Estas inspecciones posrescate se celebran de forma semestral y tienen
por objetivo que los acreedores internacionales puedan evaluar los
progresos de Portugal, ya que el país todavía debe devolver parte del
préstamo que le fue concedido en 2011.
Durante la visita, que tuvo lugar entre el 15 y hasta el 22 de junio,
los técnicos de la troika mantuvieron reuniones con las autoridades
lusas y examinaron el estado de sus cuentas públicas.
"El Gobierno se reafirma en su compromiso de continuar implementando
de forma rigurosa el Presupuesto aprobado por el Parlamento. Esa
ejecución permitirá que Portugal alcance un déficit claramente
compatible con las reglas europeas y que salga del Procedimiento por
Déficits Excesivos", reza el comunicado.
El Ejecutivo pretende bajar el déficit hasta el 2,2 % del producto
interior bruto (PIB), mientras que la troika proyecta una cifra "próxima
al 3 %", que es precisamente donde se sitúa el límite acordado.
En esta ocasión, la misión sirvió también para "debatir en mayor
detalle las reformas estructurales que ya están siendo implementadas y
las que están previstas hasta 2020", con el propósito de "fomentar la
competitividad de la economía portuguesa y promover un crecimiento
sostenible".
Precisamente la ralentización del crecimiento del PIB luso fue uno de
los puntos preocupantes señalados por los técnicos de la misión
internacional, que en un comunicado divulgado ayer en Bruselas
advirtieron de que en los últimos meses "aumentaron los riesgos" en
materia fiscal y también empeoraron "las condiciones de financiación"
para el país.
"El esfuerzo para reducir el déficit presupuestario estructural
necesita ser reforzado", recomendaron los inspectores, que subrayaron
igualmente que la consolidación del sector bancario debe proseguir
debido a los "altos niveles" de créditos en riesgo.
En este sentido, el Gobierno luso -de signo socialista y que llegó al
poder gracias al apoyo de los partidos situados a su izquierda en el
Parlamento- se limitó a apuntar que "toma nota" del diagnóstico de la
troika y se mostró confiado en cumplir sus objetivos.
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