LONDRES.- La industria automovilística
británica está particularmente inquieta por el Brexit, porque teme
perder el acceso al mercado único europeo y la libertad de seguir
contratando a extranjeros.
"Nuestra industria está profundamente
integrada con Europa... Es la relación más importante que tenemos",
explicó Mike Hawes, director de la Asociación británica de Constructores
y Vendedores de Automóviles (SMMT), que este miércoles celebró un
encuentro con el Brexit como único punto del día.
El Reino Unido
produjo 1,59 millones de vehículos el año pasado, y cerca del 80% fueron
exportados, la mayoría a Europa. El sector representa más de 800.000
empleos y es una excepción en un país ampliamente desindustrializado.
Este
hecho está íntimamente ligado a las empresas extranjeras que
invirtieron enormemente en fábricas británicas: Nissan, Toyota, BMW (con la marca Mini), Ford, General Motors (marca Vauxhall)... En la alta gama, Bentley pertenece a Volkswagen y Jaguar Land a la empresa india Tata Motors.
A
corto plazo, la posible recesión económica y la prudencia de los
consumidores después del inesperado resultado del referéndum del 23 de
junio podrían tener un efecto nefasto en el país, hasta ahora un mercado
sólido con 2,6 millones de matriculaciones el año pasado.
"Toda
desaceleración económica ligada al Brexit tendrá un impacto en la venta
de automóviles en el Reino Unido", advirtió David Bailey, profesor de la
Aston Business School.
Pero la industria teme además las
consecuencias a largo plazo, en un clima de incertidumbre política
pronunciada. El país tiene aún que activar el famoso artículo 50 para
salir de la UE, y su futuro primer ministro tendrá que negociar el tipo
de relación comercial que quiere establecer con los otros 27 países.
"El
tema más importante es la enorme incertidumbre que pesa en las futuras
relaciones comerciales con Europa", subrayó David Bailey.
En
nombre de los constructores, Mike Hawes reclamó "un pleno acceso sin
restricciones al mercado único, ahora y en el futuro". Se trata de un
acceso vital para las grandes empresas que invirtieron aquí porque era
una puerta de entrada al mercado europeo.
-'Esperar y ver qué pasa'-
¿Qué
harán ahora? "Esperar y ver qué pasa", respondió Johan van Zyl,
director de la marca japonesa Toyota en Europa. "No vislumbro cambios
inmediatos en nuestras actividades en el Reino Unido", donde tienen dos
fábricas, aseguró.
"Las decisiones a largo plazo dependerán del resultado de las negociaciones" entre Londres y Bruselas.
Jim
Farley, director en Europa de la firma Ford, avisó en cambio de que
"tomará todas las medidas necesarias" para asegurar que sus actividades
en Europa "siguen siendo competitivas".
El otro gran tema es el de
contratar extranjeros para cubrir el déficit de mano de obra nacional.
"Con más de 5.000 puestos vacantes en estos momentos, no deberían
ponernos pegas para contratar a personas cualificadas de la UE y más
allá", pidió Mike Hawes.
Pero sean cuales sean los acuerdos con la
UE después de que se haga efectiva la ruptura, el Reino Unido no tendrá
voz ni voto en las nuevas regulaciones europeas. "Las regulaciones no
desaparecerán, se convertirán en cada vez más importantes con el
desarrollo de los autos conectados y autonómos", explicó David Bailey.
"Jaguar
Land Rover, por ejemplo, tendrá que contar con el Gobierno eslovaco
para que lo represente a nivel europeo", predijo el profesor
universitario. La alusión a Eslovaquia se debe a que Jaguar Land Rover
está construyendo una fábrica en este país.
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