BERLÍN.- El Tribunal Constitucional (TC) rechazó hoy los recursos presentados
contra el programa de compra de bonos de deuda soberana del Banco
Central Europeo (BCE). El veredicto llega después de la denuncia
planteada por numerosos colectivos en Alemania contrarios, con el
Bundesbank a la cabeza, a que el BCE asuma riesgos en favor de países
concretos.
La sentencia afecta al programa conocido como “Outright Monetary
Transactions” (OMT), que fue anunciado en 2012 y contempla la compra de
bonos de estados en crisis de manera ilimitada para que esos países
mantengan su solvencia. Aunque el OMT nunca ha llegado a aplicarse su
sólo anuncio tranquilizó los mercados.
Los demandantes consideran que el OMT implica una intervención del
BCE en los presupuestos nacionales y en la política económica. La
intervención en la política económica, según los críticos, no está entre
las competencias del BCE por no ser un organismo legitimado
democráticamente. El propio TC, a comienzos de 2014, había expresado
dudas acerca de la legitimidad del programa pero optó por consultar al
Tribunal de Justicia de la Unión Europea que declaró el programa de
acuerdo con el derecho lo que a la postre fue decisivo para la sentencia
final.
Los jueces, en la explicación de su sentencia, admiten que siguen
teniendo dudas pero que se sienten vinculados a la decisión del Tribunal
europeo. Según el TC, ya la decisión del Tribunal europeo implica que
la puesta en práctica del OMT tendría que cumplir una serie de
condiciones para no lesionar el derecho comunitario. Así, la compra de
títulos de un país determinado no puede anunciarse con anterioridad, el
volumen tiene que limitarse y entre la emisión de un título y su compra
por parte del BCE tiene que pasar un plazo que debe fijarse. Además,
sólo se pueden comprar títulos de países que tienen acceso a los
mercados para financiarlos, sólo excepcionalmente el BCE puede mantener
un título de deuda soberana hasta su vencimiento y los bonos tienen que
volver a ponerse en el mercado cuando al intervención deje de ser
necesaria.
La sentencia es significativa porque refuerza el papel de las
instituciones europeas a sólo dos días del referéndum británico sobre el
Brexit. Ahora, el BCE podrá tomar con más tranquilidad las medidas que
requiera el resultado de la votación, que en caso de decidir la salida
del Reino Unido, desencadenaría profundas turbulencias financieras y
complicaría el actual objetivo de acercar la inflación de la zona euro
al 2% y de estimular el crecimiento.
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