LISBOA.- El presidente del
Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, apostó hoy por que los bancos
centrales de todo el mundo dejen de preocuparse únicamente por el
mercado doméstico que supervisan y procuren un mayor alineamiento y
convergencia.
Éste fue el principal mensaje transmitido por Draghi durante su
discurso inaugural del foro anual organizado por el BCE en el municipio
portugués de Sintra, titulado "El futuro de la arquitectura monetaria y
financiera internacional" y que reúne a representantes de varios bancos
centrales, profesores universitarios de prestigio y otros cargos
directivos del BCE.
"Puede que (los bancos centrales) no necesitemos de una coordinación
formal de nuestras políticas, pero nos podemos beneficiar del
alineamiento de estas políticas. Cuando hablo de alineamiento me refiero
a un diagnóstico compartido sobre las causas de los retos que nos
afectan a todos y a un acuerdo para dirigir nuestras políticas
domésticas hacia ese diagnóstico", razonó.
En su opinión, encuentros como éste del BCE "no pueden obligar a los
países a tomar acciones específicas, pero el reconocimiento mutuo de los
intereses en común puede servir como un tipo de instrumento de
coordinación".
En su intervención, calificó de "decepcionante" el resultado del
acuerdo alcanzado en el G-20 de 2014, cuando los ministros de finanzas y
gobernadores de los bancos centrales de los países que forman parte de
este grupo acordaron acelerar el crecimiento en un 2 % hasta 2018.
"Éste es un ejemplo de cómo las intenciones y las acciones pueden
diverger", lamentó Draghi, quien en contraste recordó el "ejemplo
exitoso" proporcionado años antes, en 2008 y 2009, cuando fue acordado
aplicar medidas de expansión fiscal a nivel global.
"Tenemos que pensar no sólo sobre si nuestras políticas monetarias a
nivel doméstico son apropiadas, sino sobre si están debidamente
alineadas (con las del resto de bancos centrales)", defendió.
"Esto no es una preferencia o una elección. Es simplemente la nueva
realidad a la que nos enfrentamos", sentenció en el cierre de su
discurso.
El presidente del BCE consideró, de hecho, que la política monetaria
aplicada e los últimos años por los distintos bancos centrales "ha
provocado inevitablemente consecuencias secundarias desestabilizadoras",
como reflejan las fluctuaciones en el mercado de divisas.
"Esto no es tanto resultado de las medidas empleadas por los bancos
centrales como de la intensidad con la que han sido usadas", precisó.
Es precisamente este tipo de consecuencias secundarias las que han
reavivado el debate sobre la coordinación política monetaria a nivel
internacional.
"La coordinación formal de la política monetaria es compleja, ya que
los bancos centrales tienen mandatos nacionales, y no globales, y por
ello responden ante los parlamentos nacionales. Eso no quiere decir, no
obstante, que no podamos lograr una solución global mejor que la que
tenemos hoy", insistió.
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