FRÁNCFORT/PARÍS.- Los bancos centrales de
Alemania y Francia se han mostrado menos optimistas en la actualización
de sus respectivas previsiones de crecimiento para el próximo año ante
la expectativa de un cada vez menor impacto positivo de los precios del
petróleo.
En el caso del Bundesbank, la entidad ha recortado sus pronósticos
de crecimiento del PIB al 1,7% en 2016, frente al 1,8% proyectado con
anterioridad, mientras que el próximo año la 'locomotora' europea
crecerá a un ritmo del 1,4% en vez del 1,7% estimado con anterioridad.
En 2018, el banco central germano prevé que el PIB crezca un 1,7%.
El presidente del banco central germano, Jens Weidmann, ha
destacado que el principal motor de la economía alemana es la "boyante
demanda doméstica", impulsada por la favorable situación del mercado
laboral y el aumento de los ingresos de los hogares.
"El crecimiento económico de este año se ve impulsado de forma
adicional por el poder de compra ganado por las renovadas bajadas del
precio del petróleo y la política fiscal expansiva", añadió Weidmann,
quien advirtió del impacto negativo sobre las exportaciones de la
debilidad de la economía mundial, aunque confió en que las exportaciones
se recuperarán en los próximos años.
En cuanto a la evolución de los precios, el Bundesbank espera que
la inflación "se incrementará considerablemente" desde el 0,2% previsto
para 2016, hasta el 1,5% en 2017 y el 1,7% en 2018, mientras que sin
tener en cuenta el impacto de la energía los precios subirán un 1% este
año para llegar al 1,8% en 2018.
Por su parte, el Banco de Francia ha confirmado su pronóstico del
pasado mes de diciembre de una expansión del 1,4% en 2016, que pasará al
1,5% en 2017, una décima por debajo de su anterior proyección, mientras
que espera que el PIB galo crezca un 1,6% en 2018.
En el caso de la inflación, los precios registrarán en 2016 un
alza del 0,2%, que alcanzará el 1,1% en 2017 y subirán al 1,4% un año
después.
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