lunes, 13 de junio de 2016

El gasoducto 'Midcat' con Francia, en parálisis política y geográfica

MADRID.- El gasoducto Midcat que enlazará la Península ibérica con Europa a través de Francia avanza a pasos de tortuga. Desde que en marzo de 2015, los presidentes del Gobierno de España, Mariano Rajoy; Francia, François Hollande, y el ex primer ministro de Portugal, Pedro Pasos Coelho, firmaron un pacto para impulsar las interconexiones eléctricas y gasista, el proyecto se encuentra casi parado. Determinadas voces empiezan a acusar ya a Francia de “bloqueo” y de “estar poniendo demasiados palos en la rueda”, recoge hoy https://www.capitalmadrid.com.

Hace me­ses, fue el ex con­ce­ller de Empresa y Empleo de la Generalitat, Felip Puig, quien la­mentó que la in­ter­co­ne­xión Midcat no avan­zase al ritmo deseado. Puig llegó a acusar a las au­to­ri­dades fran­cesas de “falta de en­tu­siasmo” porque el pro­yecto ga­sista se­llado en la “Declaración de Madrid”, el 4 de marzo de 2015, es­tu­viera en el dique seco.
El pre­si­dente de GasIndustrial, Juan Vila Torres, ha co­men­tado tam­bién que, “por ra­zones que no aca­bamos de en­ten­der, Francia quiere ra­len­tizar el tu­bo”.
“Los pre­si­dentes de Gobierno de los tres países fir­maron que se hi­ciera y, ahora, hay im­pe­di­mentos de al­tura” que, según Villa Torres, es­ta­rían blo­queán­dolo. Las ra­zones que alega el má­ximo eje­cu­tivo de GasIndustrial se de­be­rían a que los fran­ceses temen que cir­cule desde España un gas mucho más com­pe­ti­tivo, lo que les obli­garía a ellos a bajar los pre­cios a las em­presas con­su­mi­doras y per­de­rían ne­go­cio.
Fuentes de otras com­pañías ener­gé­ticas seña­lan, por su parte, que la exis­tencia de un Gobierno en fun­ciones en España, con un Ministerio de Industria y Energía que se mueve al ra­lentí desde hace un año, poco o casi nada se está ha­ciendo para que el Midcat avance y se ace­lere su cons­truc­ción. El ob­je­tivo ini­cial era que el tubo es­tu­viera aca­bado en 2020, una fecha ya di­fícil de cum­plir.

Bloqueo francés al pro­yecto

El pro­yecto en el que el pre­si­dente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y el Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer, han puesto todo su in­terés está cho­cando con el blo­queo fran­cés. La pri­mera fase del mismo in­cluye la cons­truc­ción de un tubo de unos 235 ki­ló­me­tros de ga­so­ducto y una in­ver­sión de 470 mi­llones de eu­ros. De esa pri­mera fase, unos 150 mi­llones de in­ver­sión se­rían para el tramo es­pañol y otros 320 mi­llones de euros para la zona fran­cesa.
En España, ya está cons­truido el tramo que une Barcelona con Hostalric, mien­tras que el tra­zado que unirá Hostalric y la fron­tera fran­cesa está de­fi­nido y las li­cen­cias am­bien­tales au­to­ri­za­das, pero ac­tual­mente se en­cuentra pa­ra­li­zado. ¿Razones? Nadie co­menta el por qué y, sim­ple­mente, son con­je­turas e in­tui­ciones las ra­zones que se ar­gu­mentan al res­pecto.
Desde que se desa­rro­llaron los pri­meros en­cuen­tros bi­la­te­rales entre España y Francia para au­mentar la ca­pa­cidad de in­ter­co­ne­xión eléc­trica y ga­sista entre ambos paí­ses, ambos go­biernos de­jaron claro que había que lo­grar un en­ten­di­miento mutuo de los marcos re­gu­la­to­rios y de las le­gis­la­ciones entre po­bla­ciones para que ayun­ta­mientos y cor­po­ra­ciones no pu­sieran trabas a los pro­yectos ga­sista y eléc­trico pen­dien­tes. En cam­bio, sigue ha­biendo una cierta co­rriente opo­si­tora en Francia a que el ga­so­ducto no se realice.

Ayuntamientos y or­ga­ni­za­ciones eco­ló­gicas

En la parte fran­cesa, existen im­pe­di­mentos entre los ayun­ta­mientos lo­ca­les, alen­tados en de­ter­mi­nados casos por las pro­pias or­ga­ni­za­ciones eco­ló­gi­cas, a las in­ter­co­ne­xiones in­tra­eu­ro­peas porque se con­si­dera que el pro­yecto en sí no tiene ningún im­pacto eco­nó­mico para la zona. Esta opo­si­ción frontal es mucho más acu­ciada cuando se trata, como en este caso, de una in­ter­co­ne­xión eu­ro­pea.
Por otro lado, existen ciertas fuerzas po­lí­ticas y so­ciales dentro de la propia Unión Europea que dudan de la efi­cacia de con­ceder ayudas a pro­yectos de gas, cuando se cues­tiona que el con­sumo de esta ma­teria prima vaya a au­mentar a fu­turo, de­bido al im­pulso que se está dando tam­bién a las ener­gías re­no­va­bles.
En el caso de España, el pro­yecto Midcat sería muy be­ne­fi­cioso para el país y una opor­tu­nidad para apro­ve­char el co­mercio mun­dial del gas. La ex­pan­sión que se ha hecho del gas en el país su­pera en in­fra­es­truc­turas la ca­pa­cidad de con­sumo que ac­tual­mente hay, lo que ha pro­vo­cado que haya ins­ta­la­ciones que apenas se uti­li­zan. En la ac­tua­li­dad, existen seis plantas de re­ga­si­fi­ca­ción: Barcelona, Huelva, Cartagena, Bilbao, Sagunto y Mugardos (La Coruña), con una media de uti­li­za­ción por de­bajo del 20%, y otra en El Musel (Gijón) que está en hi­ber­na­ción.
El ex mi­nistro de Industria y Energía, José Manuel Soria, dijo en su mo­mento que, el país cuenta con una in­fra­es­truc­tura de Gas Natural Licuado (GNL) “capaz de su­mi­nis­trar a Europa la mitad del gas que llega desde Rusia a través de Ucrania” pero, para ello, se ne­ce­sita la in­ter­co­ne­xión Midcat.

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