PARÍS.- El presidente de
Francia, François Hollande, recibió hoy al conjunto de las fuerzas
políticas del país para analizar el resultado del referéndum británico
sobre la UE y dejó claro que no convocará a sus ciudadanos a una
consulta similar, sino que buscará dar un nuevo impulso al proyecto
europeo.
El jefe del Estado así se lo trasladó a la líder del ultraderechista
Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, quien ha recuperado ese
argumentario político al calor de la victoria de los euroescépticos en
el Reino Unido.
A su salida del Palacio del Elíseo, Le Pen aseguró que, si gana en
las elecciones presidenciales del próximo año en Francia, convocará una
consulta en menos de seis meses.
Hollande solo compareció ante los medios de comunicación al inicio de
la jornada, cuando, acompañado por el secretario general de las
Naciones Unidas, Ban Ki-moon, admitió que "el 'brexit' es un
interrogante para todo el planeta".
Pero el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, ya había
dejado clara la postura del Gobierno en una entrevista publicada hoy por
el periódico "Le Parisien", en la que señaló que es necesario reforzar
el control de las fronteras, alejarse de populismos y extremismos y
plantear la cuestión europea en las elecciones presidenciales de 2017.
Esos comicios, al término del quinquenio de Hollande, serán la
oportunidad para que el pueblo francés participe en "un gran debate
sobre el futuro de Francia en Europa" y elijan "lo que quieren, con
claridad", indicó Ayrault, quien participó hoy en una reunión en Berlín
con sus homólogos de los países fundadores de la UE.
Durante el resto de la cargada jornada de Hollande, fueron sus
interlocutores quienes respondieron a la prensa a la salida del Elíseo,
donde además de la intervención de Le Pen suscitaba especial atención la
postura del expresidente y líder del partido conservador Los
Republicanos, Nicolas Sarkozy.
Para el jefe del Estado francés entre 2007 y 2012, la Unión Europea
atraviesa una crisis que va más allá del referéndum británico y es
necesario que Francia impulse un nuevo tratado europeo, en línea con las
declaraciones de Hollande en las últimas 24 horas.
"Le he dicho al presidente que considero vital que Francia asuma una
iniciativa muy fuerte para colocar las bases de un nuevo tratado
intergubernamental", declaró Sarkozy, quien criticó el actual
funcionamiento de la UE y reprochó a Bruselas los problemas para
asegurar las fronteras exteriores de la Unión y el mal funcionamiento de
la eurozona, a su juicio.
"Las competencias de Europa son demasiado numerosas", agregó Sarkozy,
quien pidió que se transforme "esta crisis histórica" en la oportunidad
de una nueva energía, de un nuevo sobresalto para que Europa recupere
el mando de su destino".
En ese nuevo escenario, agregó el expresidente, el papel de Francia
debe de ser el de "líder en Europa" y proponer a sus "amigos alemanes
una iniciativa común para salir de una situación que angustia a millones
e europeos en todo el continente".
Poco después de Sarkozy, Hollande recibió al líder del Partido de
Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, quien al término del encuentro trasladó a
la prensa que el jefe del Estado no quiere que se modifique el Tratado
de Lisboa y criticó que el presidente no busque "una propuesta de
reforma en profundidad", sino solo de "bricolaje".
Subrayó que, en cualquier caso, el mandatario dejó claro que el nuevo
texto debería conocerse antes de las elecciones presidenciales en
Francia y de las generales de Alemania, ambas en 2017, de forma que los
comicios funcionen como "una especie de referéndum".
Hollande puso fin a esta intensa jornada compartiendo una cena
informal con el primer ministro italiano, Mateo Renzi, antes de que
ambos se reúnan el próximo lunes en Berlín con la canciller alemana,
Angela Merkel, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
No hay comentarios:
Publicar un comentario