REIKYAVIK.- El historiador Gudni Th. Jóhannesson se perfila como el ganador de
las elecciones presidenciales celebradas este sábado en Islandia con
casi el 38% de los votos frente el 29,8% de la empresaria Halla
Törnasdóttir, escrutadas dos quintas partes de los votos.
En el recuento provisional Gudni Th. Jóhannesson, al que todos los
sondeos previos señalaban como claro favorito, encabezaba los siete
distritos electorales en que se divide este país de unos 330.000
habitantes por delante de su principal rival, en unos comicios que se
disputan a una sola vuelta. Los otros dos candidatos -de los nueve en
total- a los que las encuestas daban opciones reales de ganar los
comicios, el ecologista Andri Snær Magnason y el ex primer ministro
David Oddsson, aparecen muy retrasados con el 14% y el 13,2%, según el
recuento.
De confirmarse su triunfo Jóhannesson, sin experiencia política
previa, reemplazaría al presidente con más tiempo en el cargo, Ólafur
Ragnar Grímsson, quien ocupó el puesto durante veinte años. Grímson
había dicho en su discurso de Año Nuevo que no buscaría un sexto
mandato, pero cambió de idea tres meses después apelando a la crisis
política originada a principios de abril en el país por la difusión de
los llamados papeles de Panamá, aunque finalmente desistió por la
aparición de otros aspirantes de peso.
Las informaciones periodísticas sobre el uso de sociedades en
paraísos fiscales de personalidades de diferentes ámbitos a nivel
internacional provocaron la renuncia hace dos meses del primer ministro,
el centrista Sigmundur David Gunnlaugsson. El escándalo de los papeles
de Panamá, que también salpicó a la familia del presidente, provocó una
oleada de protestas en Islandia que recordaron a las de 2008 con la
crisis financiera que sufrió especialmente este país y que se llevó por
delante al entonces Gobierno del conservador Geir H. Haarde.
El probable futuro presidente, el sexto desde la independencia del
país de Dinamarca en 1944, había incidido en campaña en superar el clima
de enfrentamiento y decepción causado por ese escándalo. Gudni Th.
Jóhannesson también defendió una reforma constitucional que permita que
se convoquen consultas populares si un porcentaje de los electores lo
quiere y convertir al presidente en una figura más simbólica que hasta
ahora.
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