lunes, 20 de junio de 2016

La oposición al ‘Brexit’ asciende al 72% cuatro días antes del referéndum

LONDRES.- La probabilidad de que los electores británicos voten en su mayoría por la continuidad del país en la Unión Europea en lugar del ‘Brexit’ ha subido hasta el 72% este lunes, según la casa de apuestas Betfair, que confirmaría así el cambio en el signo de las encuestas experimando a pocos días de que se celebra este jueves el decisivo referéndum. Sin ir más lejos, el pasado viernes los sondeos otorgaban a la continuidad en el bloque comunitario entre un 60 y un 67% del respaldo.

Reino Unido votará este jueves para decidir si el país se mantiene dentro de la Unión Europea o se desvincula del bloque comunitario, un escenario también conocido como ‘Brexit’.
La consulta, clave para el futuro de Reino Unido, llega días después de que un hombre matara a la diputada laborista británica Jo Cox, defensora de la continuidad del país en el seno de la Unión Europea.
Ante lo ajustado de los sondeos, el veredicto del próximo jueves dependerá en gran medida de los indecisos, que a prácticamente cuatro días de la consulta siguen representando entre un 10 y un 12 por ciento de los votantes, y notablemente de la participación.
Una de las certidumbres confirmadas por la demoscopia es que las generaciones jóvenes son pro-UE, en oposición a la tendencia de los sectores de mayor edad, los mismos que, por regla general, tienden a acudir con más asiduidad a las urnas. Por si fuera poco, los expertos han detectado una curiosa diferencia entre las encuestas por internet, que muestran empate técnico, y las realizadas por teléfono, que ponen a la opción de la continuidad por delante.
Un análisis de ‘What UK Thinks’, un grupo de estudio independiente que examina actitudes ante el plebiscito, evidencia que el porcentaje de los menores de 35 años que prefieren la permanencia es hasta veinte puntos superior al de los mayores de 55, lo que confirma la brecha generacional. Los expertos la vinculan fundamentalmente al contexto vital de los jóvenes, en el que la diversidad racial, social y religiosa no ha constituido una novedad, un factor que, a priori, reduciría su inquietud por el aumento de extranjeros, a diferencia de sus mayores, quienes han sido testigo del auge de la población foránea.
Puesto que el debate sobre la inmigración se ha convertido en uno de los polos de atracción del bando a favor del divorcio, los británicos reacios a admitir más ciudadanos del resto de la UE son, inevitablemente, más propensos a elegir la casilla de ‘abandonar’ cuando este jueves tengan la palabra en el primer plebiscito en materia comunitaria al que Reino Unido se enfrenta en 41 años.
Pero si hay un factor decisivo, de acuerdo con las investigaciones sociológicas, es la educación, un elemento que ayuda a entender la mayor predisposición de los jóvenes a la continuidad. Gracias a la universalización de los estudios superiores en las últimas décadas, las nuevas generaciones han ido a la universidad más que sus mayores, una experiencia que, de acuerdo con los analistas, los habría preparado para la competitividad de un mercado laboral abierto.
De igual modo, esta ventaja les brinda la oportunidad de beneficiarse del libre movimiento de personas que rige en los Veintiocho. Por el contrario, los segmentos sociales con menos cualificación que tienden a ocupar empleos más inestables y menor remunerados propenden a temer que la entrada de capital humano del continente dificulte todavía más su situación en el mercado de trabajo.
Además, de acuerdo con el British Election Survey, considerado una institución en materia de investigación electoral, la etnicidad también podría jugar un papel clave, puesto que frente a la igualada fragmentación entre los votantes blancos, el 68 por ciento de los pertenecientes a minorías étnicas están a favor de permanecer.
El problema es que este contingente electoral, próximo a los cuatro millones de personas, aparece menos dispuesto a acudir a las urnas, un condicionante que tendría un impacto especialmente notable en el caso de Londres, donde el 55 por ciento de los 8,6 millones de habitantes responden a la clasificación de ‘británicos no blancos’, frente al apenas 13 por ciento del conjunto del país.
Con todo, la capital británica constituye uno de los grandes bastiones de la permanencia, ayudada por un carácter marcadamente multicultural y, dado el tamaño de su economía, por una menor exposición a la entrada de extranjeros. Este último factor, sin embargo, no se da en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, pero en los tres territorios se prevé la victoria de la continuidad, frente a la incógnita que sigue representando Inglaterra.

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