PARÍS.- La supresión de una
serie de barreras a la competencia permitiría que las economías de los
cinco mayores países de la Unión Europea incrementaran su producto
interior bruto (PIB) en un 0,39 % en cinco años y en un 0,67 % en diez
años, según los cálculos de la OCDE.
El país más beneficiado con esas reformas liberalizadoras sería
Italia, que conseguiría un aumento de su PIB del 0,66 % en cinco años y
del 1,13 % en diez, porque su punto de partida da más margen por la
persistencia de barreras, indica la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE) en un informe sobre la economía de la UE.
Por detrás, en cuanto a los más beneficiados potencialmente, le
seguirían Francia (0,41 % en 5 años y 0,72 % en 10) y Alemania (0,39 % y
0,67 %), mientras que el margen de progresión sería menor en España
(0,30 % y 0,52 %) y, sobre todo, en el Reino Unido (0,20 % y 0,35 %).
El impacto se evalúa sobre tres tipos de reformas, las tendentes a
eliminar barreras en los servicios, las que simplifican las reglas y los
procedimientos a los que están obligadas las empresas y las que
suprimen obstáculos a la competencia en los sectores de redes.
La OCDE considera que el mercado único europeo se encuentra "lejos"
de haberse completado y que desde la crisis ha habido pocos avances en
el de servicios.
Así por ejemplo, señala que se podría sacar más partido del rápido
desarrollo de la economía digital si se quitaran obstáculos a la
existencia de un verdadero mercado transfronterizo.
También critica las barreras internas a la movilidad laboral, que
vienen de los problemas para reconocer las calificaciones profesionales,
al traslado de unos países a otros los derechos de pensión o la falta
de estandarización de los requisitos para los inmigrantes no
comunitarios.
En relación con esta última cuestión, los autores del estudio
reconocen que las tensiones políticas en la UE se han reavivado
recientemente por los grandes flujos de refugiados que han llegado, y
creen que el restablecimiento de los controles fronterizos en el
interior de la zona Schengen es un paso atrás en la integración.
Eso pese a que, según los cálculos que había hecho a finales de 2015
la OCDE, esa llegada masiva de refugiados supondrá un incremento del PIB
de entre un 0,1 y un 0,2 % en 2016 para la UE en su conjunto, con
notables diferencias por países, ya que Suecia, que es uno de los que
más ha acogido en términos relativos, tendrá un incremento de la
actividad del 0,9 %.
Sobre ese punto, su principal recomendación es "una política
coordinada y global de las instituciones europeas y de los Estados
miembros" para manejar los flujos que ya han entrado y los que pueden
hacerlo en los años venideros.
El objetivo es su integración -por ejemplo mediante programas para
aprender la lengua del país de acogida o para la adaptación de sus
capacidades profesionales-, que pasa por "evitar crear altas
concentraciones de inmigrantes y dirigirlos allí donde hay oportunidades
de trabajo".
A dos semanas del referéndum sobre la salida del Reino Unido de la
UE, los autores apenas dedican unas líneas a la cuestión, pese a
reconocer que el "brexit" "podría tener importantes implicaciones para
el resultado económico" tanto de ese país como del resto de los miembros
de la Unión.
La OCDE calcula que la economía de la UE crecerá este año un 1,8 %,
es decir una décima menos que en 2015, y que volverá a ese ritmo del 1,9
% en 2017.
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