domingo, 5 de junio de 2016

Los suizos rechazan instaurar una renta básica garantizada de 2.300 euros mensuales

GINEBRA.- Los suizos rechazaron hoy en referéndum una iniciativa popular para instaurar una renta mínima mensual de unos 2.300 euros que, según sus promotores, pretendía garantizar una vida digna para todos los ciudadanos.

Según los primeros resultados de la consulta divulgados por el Instituto GFS suizo, la idea fue rechazada por el 78% de los ciudadanos que participaron en el referéndum.
La iniciativa garantizaba un ingreso para todos los residentes en Suiza, durante toda la vida, aunque sólo en la medida en que la persona no dispusiese de un ingreso mensual equivalente.
La argumentación de la iniciativa indicaba que su objetivo era reducir la inequidad en un periodo en el que las diferencias salariales se disparan y la automatización está haciendo desaparecer numerosos empleos.
Asimismo, consideraban que se trataba de un medio para reconocer el trabajo no remunerado que realizan numerosas personas, en actividades como en el cuidado de los hijos o de los familiares enfermos o ancianos.

Los que apoyaban la medida dijeron que introducir una renta mensual de 2.500 francos suizos (unos 2.250 euros) por cada adulto y 625 francos por cada menor de 18 años promovería la dignidad humana y los servicios públicos en un momento de creciente automatización. Sus detractores, entre ellos el Gobierno, dijeron que costaría demasiado y que debilitaría la economía. Al conocerse el resultado de la votación, el colectivo que lanzó esta iniciativa consideró positivo haber obtenido un 22 % de apoyo y consideró que "en esta etapa ha sido una victoria hacer conocer el concepto del ingreso mínimo universal".
"La importancia, más allá del voto, es que los ciudadanos han comenzado a reflexionar sobre esta idea que habrá que poner en marcha tarde o temprano", indicó uno de los miembros del comité de apoyo a la iniciativa, Sergio Rossi.
Ningún partido político apoya abiertamente la propuesta, que incluso reduciendo los gastos en los que incurre actualmente el sistema de asistencia social, requeriría ingresos adicionales para las arcas públicas de más de 22.000 millones de euros al año.

Suiza es el primer país que celebra un referéndum nacional sobre una renta básica incondicional, pero otros países, como Finlandia, estudian planes similares.
El Gobierno suizo había instado a los votantes a rechazar la campaña, diciendo que el plan costaría demasiado y minaría la cohesión de la sociedad.
El plan incluía sustituir total o parcialmente lo que la gente obtiene como beneficios sociales.
El Gobierno había dicho que entendía la meta global, pero que esta propuesta en particular costaría unos 208.000 millones de francos suizos al año, debilitaría significativamente la economía y desalentaría a la gente, especialmente los que menos ganan, a trabajar.
Gran parte del coste se cubriría con los pagos actuales de la seguridad social, pero los recortes de gasto público o una subida de impuestos tendrían que rellenar un hueco de 25.000 millones, dijo.
El Ejecutivo dijo que existía una amplia red de seguridad social que ayuda a la gente que no puede pagar el coste de vivir.

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