WASHINGTON.- El Fondo Monetario
Internacional (FMI) revisó hoy a la baja las previsiones económicas de
crecimiento de Italia a menos de un 1 % en 2016 y un 1,1 % en 2017, como
consecuencia de los problemas de su sistema bancario, los efectos de la
salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y el frenazo en el
comercio mundial.
"El crecimiento se prevé que se mantenga a menos del 1 % este año y
alrededor del 1 % el próximo", señala el Fondo, que en abril, fecha de
las últimas proyecciones, había previsto en 1,1 % para 2016 y 1,25 % en
2017.
En su revisión anual de la economía italiana, el FMI indica que "los
riesgos están decantados a la baja, dada la intensificación de la
volatilidad financiera, incluido el 'brexit'; el aumento de los
refugiados y los vientos en contra que supone la ralentización del
comercio mundial".
Por tanto, apunta el organismo internacional, el regreso a los
niveles de PIB de 2007 previos a la crisis "no se producirá hasta
mediados de la década de 2020 y se ampliará la diferencia de ingresos de
Italia respecto a la media de la zona euro que crece más rápido".
El Fondo apuntó directamente a los problemas del sistema bancario de
Italia, la tercera economía de la zona euro, que lleva meses de lucha
por deshacerse de 360.000 millones de euros de préstamos morosos.
Algo que, sumado a la baja rentabilidad en un periodo de bajos tipos
de interés, ha provocado que los bancos italianos "se encuentren bajo
una gran presión de los mercados, y hayan perdido cerca del 40 % de su
valor de mercado en lo que va de año".
La semana pasada, el Banco Central Europeo (BCE) envió una carta a la
Banca Monte Paschi di Siena (MPS) en la que instó a esta entidad a
eliminar drásticamente de su balance los créditos cuya recuperación es
prácticamente imposible.
Por otro lado, el Fondo recalcó los desafíos macroeconómicos que
encara la economía italiana con un tasa de desempleo del 11 % y el ratio
de deuda nacional sobre el PIB ha ascendido al 133 %.
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